La espera llega a su fin

Machado recitó
«La primavera ha venido
y nadie sabe cómo ha sido»…

Y nadie sabe cómo ha sido.
Nadie sabe cómo fue. Tan si quiera yo lo sé. Solo un día repentino, con las sillas en la Alameda me encontré… con el azahar tímidamente florecido, con el aroma a incienso en las calles, con el alegre gentío… No me di cuenta cuando entonces había llegado… Cuarenta días en Semana Santa desembocados; como el afluente en un río de agua dulce, de brillo claro, de color templado.
Ha llegado, y no sabía cómo la espera había acabado…
Cuando vi el primer clavel rojo, por si aún no me había percatado, me anunció con brioso sonrojo que la Semana Santa había comenzado.
¡Que no se pongan celosas las palmas! Es que para mi todo empieza cuando veo una túnica blanca.
Que ya ha llegado.
Que la espera ha pasado.
Que ahora desprende más que nunca olor la flor del naranjo, que ya el incienso ha procesionado, que ya las tribunas toman forma, que ya los dulces se bañan en miel o se bañan en azúcar…
Que ya han pasado los 365 días del año; la espera amarga y dulce del cofrade que sueña con un nuevo Domingo de Ramos.
¿Alguien sabe cómo ha sido?
Solo sabes que ha llegado.
Como un beso en la mejilla, como un abrazo inesperado, como un susurro al oído, como un agarrar de otra mano.
El corazón se para, late con cada pálpito de una marcha.
Se escucha una campana, da su primer toque y resuena dorada. Ya se sostiene el palio de la mañana. Se abre la gloria del cielo y lo cobija el manto de una mirada.
Que es Domingo de Ramos, ¡que lo han visto! Lo anunciaba una palma, una faraona morada y la sonrisa en su cara divina de rosa amarilla.
Nadie se ha equivocado, el Domingo de Ramos ha llegado, viene bajo una oración y una traición, con Favores y bajo Lágrimas, con Esperanza y mucho Amor, con templante Humildad, con serena Paciencia, y con una Soledad de tan nunca Dulce Nombre.
Que es Domingo de Ramos, que ha llegado… Y es entonces cuando desperté del sueño, del letargo…
Una vez me dijeron que los sueños se cumplen y se hacen realidad…
Me he asomado a la ventana y lo he comprobado; la primavera ha venido y nadie sabe cómo ha sido.

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