La espera de febrero: Flor del Calvario

El mes arranca con la luz de la festividad de la Candelaria, y la Cuaresma se acerca ante la veneración de los titulares de la Salutación y del Descendimiento. Y desde la Victoria, cada viernes los fieles le rezan a su bendita Madre del Monte Calvario

Es inminente ya la llegada de ese día en el que se pronuncia esa frase que tantos sentimientos despierta en muchos: «Conviértete y cree en el Evangelio». En efecto, Málaga afronta una nueva Cuaresma con ilusión, desde una mirada mucho más íntima y servicial que de costumbre. Y la ciudad vibró con los cultos previos a este tiempo de espera.

El mes de febrero comenzó con la suspensión de algunos actos importantes que cada año congregan a multitud personas en el interior de los templos, como es el caso de la presentación de los niños en las corporaciones de la Paloma, el Carmen del Perchel y el Rocío.

Otros cultos que debían haberse celebrado ya, finalmente se aplazaron para el próximo mes de marzo. El triduo de Nuestro Padre Jesús de la Soledad de la Hermandad del Dulce Nombre se pospuso, fijando su comienzo el 11 de marzo. Por su parte, el quinario del Santísimo Cristo de la Humildad en su Presentación al Pueblo comenzará el lunes 15 de marzo.

No obstante, el Santuario de Santa María de la Victoria sí pudo acoger el sábado 6 de febrero la misa conmemorativa por el LXXVIII aniversario de coronación de la Patrona de Málaga. Para tal ocasión, la Virgen de la Victoria lució excelsa en su camarín con un sorprendente exorno floral en tonos blancos y azules elaborado por La Victoria, arte floral.

La inquietud por la Semana Santa del 2021 sigue presente en muchos cofrades, que aún no conocen qué actos o cultos decidirán sus propias cofradías para sustituir las tradicionales procesiones. Por el momento se conoce la intención de la Hermandad de Nueva Esperanza de venerar a sus Sagrados Titulares durante toda la Semana Santa en la casa hermandad entronizados en sus tronos procesionales, y la veneración prevista por la Hermandad del Monte Calvario en su Ermita el Viernes Santo.

Ave María

40 días pasaban del nacimiento del Niño divino. La fiesta de la Candelaria celebra la presentación de Jesús en el templo de Jerusalén, y María lo contempla desde la Parroquia de Santo Tomás de Aquino, muy cerca de todos los que la necesitan en Martiricos. La Cofradía del Medinaceli conmemoró solemne triduo y veneración a María Santísima de la Candelaria.

Desde el interior del templo se intuía algún Ave María casi susurrado frente a la Dolorosa. La Virgen de la Candelaria llevó a gala su tradicional color rojo en su manto, al igual que en las columnas revestidas que sostenían los centros de flores blancas que acompañaban a María Santísima junto a unos grandes cirios y el guion corporativo de la Cofradía.

Pedro Duarte reparó en la mirada de Jesús del Medinaceli, que se dirigía directamente hacia su Madre, que portaba corona y pula dorados y una hermosa cruz pectoral con piedras rojas. El fajín sobre su cinturilla ajustaba ese vientre que acogió durante los meses previos al Medinaceli, y que por febrero presentó en la Jerusalén malacitana.

Triduo y veneración a María Santísima de la Candelaria.
Fotografía: Pedro Duarte.

Salutem

Una de las capillas de la Parroquia de San Felipe Neri resplandecía con fuerza. Los titulares de la Hermandad de la Salutación presidieron la celebración del Quinario y Función Principal de Instituto en un altar efímero en su propia capilla para no perturbar el acceso y aforo del templo.

El Nazareno de la Salutación, siempre dulce, estrenó una túnica de terciopelo color bouganvilla, donada por la familia Toledano Gómez y confeccionada por Jessica Morales Pérez. La Virgen del Patrocinio, ataviada por Alejandro Guerrero, lució un delicado tocado combinado con un manto y saya de color rojo.

Dani Astorga quedó maravillado por los titulares de la corporación del Domingo de Ramos. Su disposición en el altar y sus gestos invitaban a observar la escena y enamorarse aún más de los bellos Sagrados Titulares de la corporación. El Nazareno de la Salutación parecía querer arropar con su mano derecha a los fieles, mientras San Juan Evangelista no apartaba su mirada de la Virgen del Patrocinio, porque Ella nunca camina sola.

Solemne quinario en honor al Nazareno de la Salutación.
Fotografía: Dani Astorga.

Totus Tuus

La Parroquia de San Gabriel volvió a acoger a la Hermandad del Sagrado Descendimiento, en este caso, ambas Imágenes Titulares se cobijaron en el templo durante los días del solemne quinario en honor al Sagrado Descendimiento de Nuestro Señor Jesucristo. Bajo la cruz con el Santo Sudario, Cristo se posaba custodiado por sus cuatro faroles y unos centros de flores rojas.

La Virgen de las Angustias, sobre una gran peana de plata, lució espléndida con una ráfaga que coronaba su rostro y una delicada cinturilla de oro. La saya y el manto de camarín, ambos rojos y bordados, vistieron de forma magistral la Dolorosa. Las flores blancas ofrecieron el contrapunto de color en su altar.

La amplitud del templo le permite a la corporación del Viernes Santo realizar con mayor comodidad sus cultos. Miguel Fernández se fijó en todos los detalles de ambos altares, en la corona de espinas bajo la mano derecha de Cristo, los clavos de la cruz, el friso verde que perfilaba la peana de la Virgen, y el gusto exquisito que ha mostrado la corporación para el montaje de sus cultos.

Solemne Quinario en honor al Sagrado Descendimiento de Nuestro Señor Jesucristo.
Fotografía: Miguel Fernández.

Vigía de nuestra Fe

Y en un rincón del Santuario de Santa María de la Victoria, el esplendor del culto se hace patente con el altar extraordinario que ha dispuesto la Hermandad del Monte Calvario para el Septenario en honor a Santa María del Monte Calvario de cada viernes. Y bajo la Madre, en su urna de plata, el Yacente de la Paz y la Unidad.

Las plumas negras se mueven cuando una leve brisa recorre el interior del templo de la Patrona, mientras la luz de las velas aportan una calidez a las Sagradas Imágenes de la corporación del Viernes Santo realmente sobrecogedoras. La Virgen del Monte Calvario, con un pañuelo y la corona de espinas entre sus manos, se muestra excelsa con su corona de plata bajo la bambalina frontal bordada de su palio.

Admiración absoluta de Pedro Duarte frente al conjunto de la Hermandad del Monte Calvario. Las potencias del Santísimo Cristo y el manto de la Dolorosa dorados contrastan con la plata de la candelería. Mientras tanto, en el templo victoriano Nuestra Señora de Fe y Consuelo ya viste de hebrea preparada para el tiempo de Cuaresma.

Septenario Doloroso en honor y gloria a Santa María del Monte Calvario.
Fotografía: Pedro Duarte.

Ahora restan poco más de 40 días para la Semana Santa, un año histórico, íntimo y con las Sagradas Imágenes en casa. Llega una nueva primavera en la que relucirá como siempre la Flor del Calvario.

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