El Sagrado Corazón de Jesús y el Apóstol de Málaga
La Festividad del Sagrado Corazón de Jesús es celebrada el viernes posterior al segundo domingo de Pentecostés, por lo que todo el mes de Junio queda dedicado, de algún modo, al Corazón de Cristo.
El Corazón de Cristo simboliza el corazón del Verbo encarnado, del Hijo de Dios hecho Hombre, y pone de manifiesto el amor eterno de Dios; vivo motivo por el que es festejado.
La devoción hacia la imagen del Sagrado Corazón es auspiciada por los Jesuitas a través del Apostolado de la Oración, movimiento religioso que tuvo su origen en Francia a mediados del siglo XIX, cuya labor consiste en orar por la extensión del Reino de Cristo así como en fomentar la espiritualidad.
En Málaga, la historia de esta devoción se envuelve de sabor, cumpliéndose más de un centenario desde que procesionara por primera vez por las calles de la ciudad.
PADRE TIBURCIO ARNÁIZ
La historia del Sagrado Corazón de Jesús en Málaga se remonta al también jesuita, Padre Tiburcio Arnáiz, conocido como el Apóstol de Málaga por todos querido y recordado, no solo en nuestra ciudad, sino también fuera de ella, y que además se encuentra en proceso de beatificación.
El Padre Arnáiz, natural de Valladolid (1865), fue párroco en su ciudad natal y posteriormente en Ávila, tras lo que ingresó en el Noviciado de la Compañía Jesuita en Granada, donde se formó. En 1912 llegó a Málaga donde fuera destinado a la Iglesia de San Agustín y, posteriormente, a la del Sagrado Corazón de Jesús.
Dedicó grandes esfuerzos a atender la casa del Niño Jesús, a impulsar la educación en los corralones de la periferia de Málaga y en los pueblos y pedanías más distantes de la capital, obra que fue conocida como las doctrinas rurales. También intervino en la creación de la librería católica de la plaza del Siglo, de una Casa de Piedad para mujeres, de Colegios-Capilla en El Chorro y Las Mellizas, y en la instauración del Carmelo de Ronda. Además, eran continuas sus visitas a los hospitales y a la cárcel.
ARNÁIZ Y EL SAGRADO CORAZÓN
La imagen del Sagrado Corazón de Jesús permaneció sin ver la luz de las calles de Málaga durante catorce años, debido a las complicadas presiones socio-políticas en que se encontraba sometida la ciudad. Fue entonces cuando, en 1915 y contra todo pronóstico y consejo, el Padre Arnáiz, lleno de valor, devolvió a las calles malacitanas el Corazón, haciendo así procesionar de nuevo a la venerada imagen por la ciudad.
El éxito de este hecho fue rotundo y desde aquel momento el Padre Arnáiz se debió a la procesión de la Imagen Divina, año tras año, hasta el fin de sus días cuando falleciera en Málaga (1926) donde, a día de hoy, yacen sus restos para siempre en la Iglesia que recibió el mismo nombre que el del Sagrado Corazón de Jesús y donde obró; templo que fuera inaugurado en 1920 como jesuita, y que permanece fervorosamente en pie hasta nuestros días.
Fotografías: Diócesis de Málaga y Opinión de Málaga.