Este es mi cuerpo, esta es mi sangre
En la mes de junio que dejamos atrás, como de costumbre cobra una especial atención la adoración a Jesús sacramentado, esto es, la presencia física y real de Cristo Jesús en la Eucaristía, es decir, que ella es verdadero cuerpo y verdadera sangre de Jesús.
La mayor exaltación de esta doctrina de la Iglesia Católica es la celebración del Corpus Christi que se celebra desde el S. XIII el jueves posterior al Domingo de la Santísima Trinidad, que a su vez es el posterior a la fecha de Pentecostés.
¿Por qué esta creencia? ¿Cómo se origina y evoluciona? Lo explicamos a continuación.
La creencia es tomada de las palabras literales de Jesús durante la última cena con sus apóstoles donde reparte pan y vino. Este momento de la última cena es recogido por los evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) así como en la primera carta a los corintios de Pablo, siendo este el primer testimonio escrito de aquel acontecimiento (Las cartas de Pablo son anteriores a la redacción de los Evangelios)
En Cor 1: 23-30 se lee:
23 Porque yo recibí esta tradición dejada por el Señor, y que yo a mi vez les transmití: Que la misma noche que el Señor Jesús fue traicionado, tomó en sus manos pan24 y, después de dar gracias a Dios, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que muere en favor de ustedes. Hagan esto en memoria de mí.»25 Así también, después de la cena, tomó en sus manos la copa y dijo: «Esta copa es la nueva f confirmada con mi sangre. Cada vez que beban, háganlo en memoria de mí.»26 De manera que, hasta que venga el Señor, ustedes proclaman su muerte cada vez que comen de este pan y beben de esta copa.
En Marcos 14: 22-25, el evangelio más antiguo, se relata la institución de la eucaristía así:
22 Mientras comían, Jesús tomó en sus manos el pan y, habiendo pronunciado la bendición, lo partió y se lo dio a ellos, diciendo:
—Tomen, esto es mi cuerpo.
23 Luego tomó en sus manos una copa y, habiendo dado gracias a Dios, se la pasó a ellos, y todos bebieron. 24 Les dijo:
—Esto es mi sangre, con la que se confirma la alianza, sangre que es derramada en favor de muchos. 25 Les aseguro que no volveré a beber del producto de la vid, hasta el día en que beba el vino nuevo en el reino de Dios.
El relato de Lucas es igualmente semejante, solo que le da aparentemente un doble protagonismo a “su sangre” pues antes del rito que se narra en Marcos, leemos en Lucas 22: 17-18:
17 Entonces tomó en sus manos una copa y, habiendo dado gracias a Dios, dijo:
—Tomen esto y repártanlo entre ustedes; 18 porque les digo que no volveré a beber del producto de la vid, hasta que venga el reino de Dios
El resto sigue así:
19 Después tomó el pan en sus manos y, habiendo dado gracias a Dios, lo partió y se lo dio a ellos, diciendo:
—Esto es mi cuerpo, entregado a muerte en favor de ustedes. Hagan esto en memoria de mí.
20 Lo mismo hizo con la copa después de la cena, diciendo:
—Esta copa es la nueva alianza confirmada con mi sangre, la cual es derramada en favor de ustedes.
Como se observa el versículo 22: 18 de Lucas equivale al de Mc 14:25, es decir un evangelista (Marcos) presenta esta reflexión en el mismo rito, al referirse al vino y otro, Lucas al inicio del mismo.
Mateo, el segundo evangelio en antigüedad nos presenta este texto:
26 Mientras comían, Jesús tomó en sus manos el pan y, habiendo dado gracias a Dios, lo partió y se lo dio a los discípulos, diciendo:
—Tomen y coman, esto es mi cuerpo.
27 Luego tomó en sus manos una copa y, habiendo dado gracias a Dios, se la pasó a ellos, diciendo:
—Beban todos ustedes de esta copa, 28 porque esto es mi sangre, con la que se confirma la alianza, sangre que es derramada en favor de muchos para perdón de sus pecados. 29 Pero les digo que no volveré a beber de este producto de la vid, hasta el día en que beba con ustedes el vino nuevo en el reino de mi Padre.
Al igual que Marcos la mención a que Jesús no volverá a beber del fruto de la vid aparece al final si bien añade novedades. En Mateo Jesús subraya que se establece una nueva alianza que tiene un fin “ser derramada en favor de muchos para perdón de sus pecados”. Esto en efecto sucederá horas más tarde cuando comience su pasión.
Para las primitivas comunidades cristianas que siguieron este rito, el pan y el vino consumidos eran la sangre y el cuerpo real de Jesús. En la primera carta de Pablo a los Corintios este establece el modo en el que se debe celebrar la Cena del señor
1 cor 23: 27-33
27 Así pues, cualquiera que come del pan o bebe de la copa del Señor de manera indigna, comete un pecado contra el cuerpo y la sangre del Señor. 28 Por tanto, cada uno debe examinar su propia conciencia antes de comer del pan y beber de la copa. 29 Porque si come y bebe sin fijarse en que se trata del cuerpo del Señor, para su propio castigo come y bebe. 30 Por eso, muchos de ustedes están enfermos y débiles, y también algunos han muerto. 31 Si nos examináramos bien a nosotros mismos, el Señor no tendría que castigarnos, 32 aunque si el Señor nos castiga es para que aprendamos y no seamos condenados con los que son del mundo.
33 Así que, hermanos míos, cuando se reúnan para comer, espérense unos a otros. 34 Y si alguno tiene hambre, que coma en su propia casa, para que Dios no tenga que castigarlos por esa clase de reuniones. Los otros asuntos los arreglaré cuando vaya a verlos.
Para los paganos de los primeros siglos era un ataque hacia las primitivas comunidades cristianas el hecho de que estás aseveran que consumían literal y no simbólicamente el cuerpo y la sangre de su “líder espiritual” lo que para sus contrarios equivalía a canibalismo.
La adoración a Jesús Sacramentado también tuvo repercusiones en la veneración a María, madre de Jesús, como su primer sagrario, es decir María (su vientre) fue el primer lugar donde residió físicamente el cuerpo y la sangre de Jesús desde su concepción hasta su parto. Por ello en la piedad popular se empezó a cubrir a María bajo palio igual que al Santísimo al ser María primera morada física del cuerpo y sangre de Jesús, el cual no olvidemos que tiene naturaleza tanto divina como humana en una sola persona por lo que en la eucaristía no mora por tanto el mismo Dios.
Desde el punto de vista teológico el cambio del pan y el vino hacia la conversión en cuerpo y sangre de Jesús se conoce como transustanciación y se produce cuando el sacerdote ha bendecido dichos alimentos. La conversión de la sustancia impulsada por el Espirito y las palabras de Cristo.
No obstante, transustanciación no implica que cambie la sustancia material de estos alimentos, es decir, del pan y del vino. Esta doctrina se definió definitivamente en el Concilio de Trento (S XVI) aunque ya anteriormente se había venido defendiendo por personajes como Cirilo de Jerusalén. (S. V)
En la actualidad no todas las confesiones cristianas concuerdan con la doctrina de la transustanciación. Para muchas de estas confesiones como por ejemplo la protestante, la presencia real de Jesús en la Eucaristía es cierta, pero no de una forma literal como si sostiene la Iglesia Católica a través de los argumentos anteriormente citados. Para ellos la presencia de Cristo si es real, pero, es real de una forma espiritual tanto en el pan como en el vino; no así se produce de una forma física.
La Iglesia Católica interpreta literalmente los versículos antes citados y otras confesiones consideran que Jesús habla de manera matafórica.
Por último, si bien comentábamos que en el Evangelio de Juan no se narra la institución de la Eucaristía, si aparece un episodio que se relaciona con la Eucaristía, es Jn 19:33-35
33 Pero al acercarse a Jesús, vieron que ya estaba muerto. Por eso no le quebraron las piernas.
34 Sin embargo, uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza, y al momento salió sangre y agua. 35 El que cuenta esto es uno que lo vio, y dice la verdad; él sabe que dice la verdad, para que ustedes también crean.
Cuando el señor emana la Sangre del costado se hace realidad lo que ya se mencionó en los evangelios sinópticos que derramaría su sangre por nuestros pecados.
La festividad de la Sangre de Cristo se celebra el primer Domingo de Julio y por esta ocasión dedicaremos una clave musical al Santísimo Xto. de la Sangre el próximo fin de semana en nuestra sección para tal fin.
Fotografía de portada: Cartela del trono del Sepulcro representando la Sagrada Cena: Fuente: Hermandad del Sepulcro