Septiembre mariano malacitano (III): Veneración

El noveno mes del año ya se fue para dejarnos en el recuerdo un sinfín de maravillosas estampas en las que la Virgen María tomó el protagonismo absoluto

Encaramos octubre, mes del Rosario. Pero este pasado septiembre debe ser recordado por la vuelta a la actividad en las cofradías de forma más regular tras el duro confinamiento provocado por la pandemia de coronavirus. Y se ha inaugurado con Ella, luciendo sus mejores galas, la Virgen María esperaba a los malagueños en los templos para orar y celebrar diversos cultos en su honor.

Ermita de leyenda. María Santísima de la Amargura Coronada aguardaba con sus brazos abiertos bajo la cruz del Santísimo Cristo de los Milagros. La Hermandad de Zamarrilla vistió a su titular mariana con una saya y manto color azul, con una leve presencia de su característico color rojo en la rosa clavada en su pecho y el fajín. El tocado suelto por su rostro, con un estampado de rosas color crema, dejaba ver con plenitud su toca de sobremanto.

Los ángeles, que bajaron del mismo cielo a este rincón malacitano, custodiaban su corona de oro. Sus expresivas manos imploraban compasión. Fran Gil permaneció un buen rato en ese rinconcito, y vio cómo algunos vecinos se acercaban a rezarle a sus titulares, agachaban la cabeza y apretaban fuerte sus puños. Es el poder de la auténtica fe de dos barrios.

Veneración a los titulares de Zamarrilla con motivo de la Exaltación de la Cruz y de los Dolores Gloriosos.
Fotografía: Francisco Gil.

La Virgen regresó. Tras unos meses retirada del culto, María Santísima Reina de los Cielos volvió tras la intervención de Francisco Naranjo Beltrán a la Iglesia de San Julián. Cetro en su palma de la mano derecha, flores y rosario de cuentas corales a su izquierda. Pureza virginal. La Agrupación de Cofradías de la Semana Santa de Málaga inauguró un nuevo y atípico curso cofrade con la función principal en honor a su titular mariana.

Noelia García fijó su mirada en la Señora con rostro sin lágrimas. Su saya profusamente bordada formaba un conjunto perfecto con el retablo del templo. La Virgen Reina de los Cielos figuraba como en un firmamento dorado, más resplandeciente y hermosa que nunca. Un altar con decenas de velas blancas alumbraban la talla.

Veneración a María Santísima Reina de los Cielos tras su restauración.
Fotografía: Noelia García.

Una ráfaga dorada brilló con intensidad en la Parroquia de la Santísima Trinidad. María Santísima de la Buena Fe, ataviada con un delicado pecherín blanco bordado, captaba la atención de todos sus devotos. La plata se entremezclaba con el oro, detalles por doquier en un altar que jugaba con la iluminación de las velas reflejadas en sus ojos vidriosos.

La Virgen María no entiende de Cofradías agrupadas y grupos o asociaciones de fieles. Ella, bajo sus distintas advocaciones, es la misma y nos conduce a un mismo fin, el Hijo. Fran Gil fue fiel testigo del amor y la devoción que le profesan sus hermanos, que se plasmaron en el cuidado en la colocación de cada elemento, en cada pliegue de su tocado abierto, en cada flor depositada con mimo sobre las ánforas.

Triduo en honor a María Santísima de la Buena Fe.
Fotografía: Francisco Gil.

Auténtico esplendor del culto interno. El Oratorio de Santa María Reina cobijaba un gran altar, como si de un trono procesional se tratase, para alzar hasta el cielo a María Santísima de las Penas. Piñas de claveles blancos y una extensa candelería a sus pies hacían soñar a todos los malagueños con un nuevo Martes Santo con María Santísima de las Penas procesionando por sus calles con su manto de flores.

Sublime su atavío a juego con el techo de palio y sus bambalinas. Los arbotantes aportaron la horizontalidad justa y necesaria a un conjunto sencillamente exquisito. Es difícil dejar a Fran sin palabras, y en ese Oratorio apenas le salía la voz. La Virgen de las Penas celebró su triduo. Su rostrillo plisado enmarcaba a la perfección el divino semblante de María Santísima. El Oratorio se convirtió en la casa de la Madre de Dios luciendo sus mejores galas.

Triduo en honor a María Santísima de las Penas.
Fotografía: Francisco Gil.

La Hermandad del Monte Calvario conmemoró la festividad de la Santa Cruz y los cultos en honor a Nuestra Señora de Fe y Consuelo en su ermita. La Dolorosa estrenó alfiler en plata de ley, donado por la familia Verdejo-Vaquero, y ejecutado por el joyero Francisco Verdejo Rodríguez y el orfebre Adam Jaime Sánchez. Una vez más queda de manifiesto el buen hacer de esta corporación, que cuida todos sus cultos. La estampa de la Virgen de Fe y Consuelo siempre nos retrotrae a otra época, perfectamente engalanada para tal ocasión.

Pedro Duarte sabía que subir hasta el Calvario no iba a ser en vano. Encontrarse con la bella Señora de manos entrelazadas de frente era una verdadera recompensa. Dos enormes y coloridos centros florales escoltaban a la imagen mariana. Virgen dulce, Madre que solloza, y que al mismo tiempo, ofrecía toda su Fe y Consuelo a sus devotos. Brillaban con especial intensidad en el conjunto la corona y escapulario de plata.

Veneración a Nuestra Señora de Fe y Consuelo.
Fotografía: Pedro Duarte.

Dos telas negras se recogían en la capilla donde aguardan los titulares de la Hermandad de la Santa Cruz, y en el altar mayor de la Iglesia de San Felipe Neri permaneció en veneración la cruz con el sudario. Nuestra Señora de los Dolores en su Amparo y Misericordia conmemoró sus cultos por primera vez bajo el Santísimo Cristo de la Victoria. El delicado manto negro cubría a la imagen ataviada con su portentosa saya.

La sobriedad no está reñida con la perfección. Unos pequeños faroles, velas y flores blancas decoraban los laterales de la capilla. La Virgen, sencilla, sincera en su expresión, cautivó a Pedro Duarte, quizás su advocación de Amparo sea la que más le llegue al corazón, le recordó a su bonita devoción que porta una rosa dorada. Es la Madre, y en su honor, Málaga se engalana.

Triduo a Nuestra Señora de los Dolores en su Amparo y Misericordia.
Fotografía: Pedro Duarte.

Septiembre también nos llevó a la misma gloria con la Virgen de los Remedios. En esta ocasión, sin su salida procesional y desde el interior de la Iglesia de San Juan, esta hermandad celebró sus actos y la misa del patronazgo, con la Santísima Virgen bajo el presbiterio. La imagen lució algunos estrenos como un nuevo cetro en plata sobredorada obra de Orfebrería Montenegro bajo diseño de Javier Sánchez de los Reyes, y fruto de una donación, en su pecho portaba una pieza de aderezo en plata y piedras semipreciosas.

Es inevitable no esbozar una leve sonrisa al encontrarse de frente a la Virgen de los Remedios, y si no que se lo digan a Fran Gil. Al llegar al templo y encontrarse con la pequeña imagen septiembre era más septiembre, todo cobraba sentido. ¡Salve, Remedios! Bienaventurados los que acudieron a tu encuentro y gozaron con tu presencia bajo el altar mayor de la Iglesia de San Juan, no hay mejor retablo para rendir culto a esta imagen mariana, claro icono letífico devocional de la ciudad.

Veneración a Nuestra Señora de los Remedios.
Fotografía: Francisco Gil.

La Hermandad del Descendimiento destacó este pasado mes por su excelente culto a María Santísima de las Angustias, aunque también celebró la festividad de Nuestra Señora del Santo Sudario, ambos realizados en la Parroquia de San Gabriel. La Virgen de las Angustias se ubicó sobre un espléndido altar repleto de cera y exornado con orquídeas, rosas, ornitogalum y microclaudios por la floristería ‘La Victoria’.

El manto de color rojo se fundía con las telas y el dosel de fondo, destacando la gran peana de plata sobre la que se posaba la imagen mariana. Admiración, devoción y veneración en un nuevo entorno en el que poder disfrutar de la Virgen de las Angustias. Fran Gil quedó maravillado ante el montaje del altar, que gracias a esa estructura ascendente, hacía que su mirada se clavase en la bella Dolorosa que lucía soberbia.

Triduo en honor a María Santísima de las Angustias.
Fotografía: Francisco Gil.

El mes de septiembre también es mercedario. La Hermandad de la Humildad preparó un bonito altar a los pies de la Patrona, en el Santuario de Santa María de la Victoria, para conmemorar la festividad de Nuestra Madre y Señora de la Merced. Durante el solemne triduo, la corporación firmó con la Banda de Música Maestro Eloy García de la Archicofradía de la Expiración para el acompañamiento musical tras la Dolorosa y San Juan Evangelista del próximo Domingo de Ramos de 2021.

El día de su festividad, la Virgen estuvo expuesta en veneración cercana a los fieles, el olor de las flores embriagó a Noelia García. La Señora portaba un magnífico manto de camarín y un rostrillo que jugaba con los tonos dorados del retablo y sus bordados, aportando gran lustre y prestancia a la Virgen de la Merced. En el silencio del templo, con la candelería encendida, la escena transmitía paz y serenidad.

Nuestra Madre y Señora de la Merced ataviada para su triduo.
Fotografía: Noelia García.

Un barrio añoró la visita por sus calles de Nuestra Señora de las Mercedes. El Tarajal se concentró en la Parroquia de la Visitación de María para venerar a su titular mariana. El banderín de la Banda de Música de Zamarrilla acompañó a los titulares de la Hermandad de las Mercedes en su día grande. El blanco pureza de María en primer plano, el rojo Espíritu Santo presente en el Señor Cautivo de las Misericordias.

El rezo, la oración, el silencio y alguna que otra lágrima estuvieron presentes el último fin de semana de septiembre en este humilde barrio malagueño. Fran Gil se arropó en el pecho de la Señora, en su escudo mercedario, en el barco que sostenía las cuentas de su rosario. Las velas encendidas derramaban poco a poco su cera, como septiembre, que consumía ya sus últimos días de un mes rebosante de espiritualidad y recogimiento.

Veneración a Nuestra Señora de las Mercedes de ‘El Tarajal’.
Fotografía: Francisco Gil.

Que nunca se pierdan las tradiciones más arraigadas, ni en tiempos de coronavirus. La Hermandad Sacramental de Viñeros pudo realizar una nueva edición de su bendición de las uvas y el mosto acompañado de su pregón, que en esta ocasión exaltó Jesús Díaz Domínguez. El prodigioso Nazareno de Viñeros, con su túnica bordada, presidía su reformada Iglesia de la Aurora y Divina Providencia sobre un altar en el que primaba la verticalidad. La cera roja, por el carácter sacramental de la corporación, iluminaba las facciones de un Nazareno que con la mirada baja buscaba a su Madre del Traspaso y Soledad de Viñeros entre la multitud.

La grandeza del altar cortó la respiración de Fran Gil, que contemplaba sin pestañear a su Nazareno, a ese al que interpreta con tanto amor la dulce melodía de ‘Señor de Carretería’. Una absoluta delicia para todos los sentidos, que debían agudizarse para no perderse ni un solo detalle de un acto que derrochó sentimiento y vivencias nazarenas de un Jueves Santo procesionista que pronto volveremos a vivir.

Culto a Nuestro Padre Jesús Nazareno de Viñeros por la LXXIII bendición litúrgica de las uvas y el mosto.
Fotografía: Francisco Gil.

Dios te salve María, llena eres de Gracia. Lema que los hermanos de calle Agua llevan por bandera, y en este mes de septiembre en el que se notaba ya la pesada ausencia de Nuestro Padre Jesús del Rescate, María Santísima de Gracia celebró en su Casa Hermandad su triduo anual. Son muchos meses sola en la capilla con vistas a la Victoria, por eso los hermanos quisieron que junto a Ella estuviera San Juan Evangelista posando su mano sobre su espalda.

El espectacular atavío de la Señora hizo que su figura se observara más esbelta y estilizada que de costumbre. Su hermosura inundaba cada rincón de esa bendita casa. Su blanco tocado plisado, su manto bordado y la saya coronada por una cinturilla bordada ofrecieron la perfección como resultado final. Pero Noelia García solo tenía ojos para su rostro, para esa mirada perdida en la que ella trataba de encontrarse y reflejarse. Qué guapa es la Madre llena de Gracia, tu resplandor te corona, tus hermanos te confortan, Tú nos alientas.

Triduo en honor a María Santísima de Gracia.
Fotografía: Noelia García.

Con estas entregas, desde Palio de Plata hemos querido acercarles a nuestras devociones malagueñas, a los templos, a la contemplación, al rezo más sincero. Bellas estampas que guardaremos con cariño en un año complicado. Toca seguir disfrutando de octubre, mes del Rosario. Tus devociones y tus hermandades te esperan, ahora más que nunca, acude a su encuentro.

Este artículo es la tercera parte de la trilogía ‘Septiembre mariano malacitano’.
Septiembre mariano malacitano (I): Admiración
Septiembre mariano malacitano (II): Devoción

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