El obispo decreta la suspensión de las procesiones de la próxima Semana Santa
El decreto que firma el prelado, sin embargo, permite a las corporaciones que sus imágenes Titulares puedan ser veneradas durante la Semana Mayor, bien sea en sus propios templos o en sus casas hermandad, siempre que la situación sanitaria lo ampare.
Lo que era un secreto a voces desde hace tiempo, y más aún tras los anuncios de Sevilla, Granada y Cádiz en las últimas semanas, se ha convertido en realidad: Málaga no vivirá procesiones de Semana Santa en sus calles por segundo año consecutivo, a raíz, como no puede ser de otra forma, de la pandemia provocada por el Covid-19.
Así se conoce tras el decreto firmado en el día de hoy por el obispo de la Diócesis, Mons. D. Jesús Catalá, quien ha indicado la suspensión «sine die de todos los actos que tengan carácter de culto externo y todas las celebraciones en las que se haga uso de la vía pública». Añade a esto que, en sustitución de dichas salidas procesionales y estaciones de penitencia, cada corporación, de acuerdo con su director espiritual, «organizará la oración o celebración más oportuna para ese momento, de acuerdo a las orientaciones que la Delegación de Hermandades y Cofradías proponga».
Por otro lado, reza el decreto, que las Juntas de Gobierno de las cofradías de pasión, sí tendrán potestad para, siempre en concordancia con su director espiritual y en referencia a sus Sagrados Titulares, poder «permanecer en sus capillas o ser desplazados de forma privada y reservada a su casa hermandad o sede social respectiva, para su veneración, siempre y cuando la normativa vigente lo permita en ese momento». De esta forma, se permitirá que durante la Semana Santa, los Titulares de las corporaciones pasionistas puedan ser expuestos a la veneración de la forma que cada Hermandad estime más oportuno, siempre y cuando dicho traslado, en caso de ser necesario, se realice de forma privada y sin emplear andas o tronos de traslado.
Por último, indica el Obispo que las corporaciones podrán continuar celebrando cabildos, siempre y cuando la situación sanitaria de cada momento lo permita y adoptando todas las medidas de seguridad pertinentes, además de finalizar invitando a todos los fieles a vivir con especial devoción las celebraciones litúrgicas de la Semana Mayor, «pidiendo al Señor por todos los afectados y para que aleje de nosotros esta grave enfermedad».
Enlace al decreto íntegro pulsando aquí.