La Cuaresma íntima en Málaga (XI): La mirada de Jesús
Faltan esas palabras que anuncian la llegada de la Semana Santa, pero Málaga celebró 100 años de historia cofrade
Sin querer llegaron los días previos a la Semana Santa. Al fin y al cabo ha sido una Cuaresma que ha servido para el recogimiento y la oración. La visita a los templos ha sido el atractivo principal para los cofrades que tanto añoran los cortejos procesionales en la calle. La música también tuvo un papel protagonista, con numerosos conciertos a través de las redes sociales, y en directo como por ejemplo el ofrecido por la Banda de Música Nuestra Señora de la Soledad de la Congregación de Mena en el auditorio Eduardo Ocón, o la participación en ceremonias religiosas.
No hubo pregón de Semana Santa, pero la Agrupación de Cofradías pudo celebrar la gala para conmemorar sus 100 años de historia en el Teatro Cervantes. A pesar de la lentitud en su inicio, la marcha ‘Centenario’ y el cartel conmemorativo, obra de Raúl Berzosa, fueron del gusto de todos los presentes y seguidores del acto a través de los medios de comunicación.
La marcha, sinfónica y dulce, estuvo interpretada por la Banda Municipal de Música de Málaga. El cartel, presentado por Paloma Saborido, muestra a los Sagrados Titulares de la entidad cofrade sobre la palabra ‘Centenario’, en la que se proyectan los símbolos más icónicos de la Agrupación, como la fundación Corinto o la Patrona de Málaga, entre otros. El nombre escrito de todas las hermandades agrupadas de la ciudad enmarcan la fabulosa obra pictórica.
Sagrario cristiano
La Virgen del barrio de Carranque regresó con un nuevo rostro. La obra del escultor filipino Wilfredo Tadeo Layug vio la luz en la Parroquia de San José Obrero. María Santísima del Sagrario miró al cielo en un año muy complicado para todos sus fieles. La talla fue bendecida entre un sentido fervor bajo la atenta mirada de Nuestro Padre Jesús de la Verdad ante Caifás.
Ataviada con un original tocado dorado sobre su rostro girado a la izquierda, la Virgen del Sagrario portó en sus manos un rosario de cuentas burdeos y un pañuelo. La cruz pectoral sobre su pecho, con joyas rojas, conjuntaba con su saya bordada. El manto azul liso estaba rematado por una toca de sobremanto dorada. La Virgen de ojos claros lució de auténtica reina en su presentación.
Fran Gil se dejó impresionar por su particular gesto. Un friso y dos centros altos de flores rosas exornaron el altar efímero sobre el que se situó la Imagen Mariana. María Santísima del Sagrario estuvo escoltada por unas velas rizadas y enjoyada con un collar de perlas blancas. El primer ‘Sagrario cristiano’ ya recibe culto en su templo, junto a su Hijo de la Verdad, junto a sus fieles devotos.
Santa María del Monte Calvario, saeta malagueña
Si hay una Cofradía en Málaga que ha vivido la Cuaresma intensamente es, sin duda, la Hermandad del Monte Calvario. La corporación del Viernes Santo afrontaba sus últimas jornadas del septenario en honor a Santa María del Monte Calvario con una veneración, en la que la Dolorosa ya vestía de hebrea en el Santuario de Santa María de la Victoria.
Para la ocasión, la corporación del Viernes Santo preparó un altar especial. Con motivo del Año Jubilar de San José, proclamado por el Santo Padre, se ha dispuesto en el altar de veneración de Santa María del Monte Calvario un lienzo de su Castísimo Esposo, escoltado por dos ángeles que portan sus atributos característicos. La Virgen se alzó en una poderosa peana de plata.
La Virgen portó la ráfaga que prestó a María Santísima de la Paloma para celebrar el L aniversario de su bendición, tal y como ocurriera hace 50 años. Pedro Duarte se impregnó, como siempre, de ese regusto cofrade especial. ‘Santa María del Monte Calvario, saeta malagueña’ de tantas personas que se postran a sus plantas. La capilla en la que se dispuso a la Virgen estuvo decorada primorosamente con telas rojas.
Rey de los Gitanos
El ‘Rey de los Gitanos’ estuvo bajo el altar mayor de la Iglesia de San Juan Bautista para celebrar la función principal en su honor. Nuestro Padre Jesús de la Columna, elevado por una original peana dorada y posada sobre una alfombra roja, agachaba su cabeza, recibiendo la bendición del Santísimo Cristo de la Vera Cruz.
Las potencias doradas brillaban sobre el semblante moreno del Gitano, que portó un rico paño de pureza morado y bordado. Durante esa jornada, María Santísima de la O, lloraba en la capilla lateral vestida de hebrea. Y es que el Señor de la Columna reinó en el interior del céntrico templo, donde las miradas se dirigían a sus manos y a su rostro.
Dani Astorga observó que todos los elementos dispuestos alrededor del Señor no le restaban protagonismo. Las flores y cirios de color morado, al igual que su paño, coloreaban el culto del color cuaresmal de la penitencia. El escudo de la Hermandad de los Gitanos anudaba el cíngulo morado y dorado con el que estaba el Señor atado a la Columna.
Jesús de la Puente
La exquisita sencillez encontró en un rincón de la Plaza de San Francisco su máxima expresión. Nuestro Padre Jesús de la Puente del Cedrón y María Santísima de la Paloma presidieron su sede canónica para oficiar su solemne triduo. El Señor no portaba más que su túnica morada lisa, y la Virgen visitó de hebrea coronada por un halo de estrellas.
Los cuatro centros de lirios a los pies de ‘Jesús de la Puente’, con los cirios morados, sirvieron a la Cofradía de la Paloma para montar su altar. Todo ello sobre un dosel rojo y dorado que protegía la espalda de María Santísima de la Paloma. La Virgen, como de costumbre, portó en una mano el pañuelo y la corona de espinas, y en su otra mano, figuró ese ave con el que todos nos sentimos representados. Paloma mansa que siente su calor y su refugio.
Jesús y María cerca, y Noelia García mirando hacia el cielo de una capilla sobre la que imaginaba con la llegada de ese Santo Miércoles en el que sobre un puente y bajo palio, los Sagrados Titulares de la corporación se mecen para comenzar su desfile procesional. Sueños típicos de Cuaresma que este año se ven algo lejanos, pero que muchos sienten con fuerza porque saben que, tarde o temprano, volveremos.
Atardecer viñero
La Iglesia de la Aurora y la Divina Providencia se visitó de gala para el solemne Triduo en honor a Nuestro Padre Jesús Nazareno de Viñeros. Durante los cultos se hizo entrega del diseño de una saya y manto para Nuestra Señora del Traspaso y Soledad de Viñeros por parte de José María García y Bienvenido Martín, obra de García Romero.
Los cuatro faroles plateados en las esquinas, los cirios rojos sacramentales iluminando la escena, y en la cima, el Nazareno de Viñeros. El Señor vistió su túnica bordada bordada profusamente en el extremo de sus mangas, bajo y pecho en un nuevo ‘Atardecer viñero’. El variado exorno floral, dispuesto en las ánforas plateadas, combinó los tonos morados y rojos.
El carácter que imprimen los hermanos de la corporación del Jueves Santo en cada uno de sus cultos sigue una línea clásica pero exquisita. Miguel Fernández quedó una vez más admirado por la mirada cautivadora del Nazareno de Viñeros, que sujeta con sus delicadas manos esa cruz de remates dorados.
Málaga despide la Cuaresma de ‘La mirada de Jesús’, la del Gitano atado a la Columna en San Juan, la del Cirineo de Viñeros en Carretería, la del que cruza la Puente del Cedrón bajo el revoloteo de Palomas blancas. Una Cuaresma en la que María, primer Sagrario de la humanidad, culmina en lo más alto del Monte Calvario.