Melilla… ¿la gran olvidada de la Diócesis de Málaga?

No es de extrañar que muchos de los lectores de esta humilde columna se sientan sorprendidos ante el titular que la define. Hasta la fecha, no han sido pocos los casos en los que, al conversar sobre la Diócesis de Málaga, la vecina ciudad autónoma de Melilla queda olvidada, siendo casi imperceptible pese a formar parte de la misma.

Dicha ciudad autónoma destaca por su gran patrimonio, tanto a nivel material como inmaterial, el cual está dotado de un gran componente multicultural. Dentro de esta diversidad y aunque para muchos pueda ser completamente desconocido, las Hermandades desempeñan un papel crucial en la realidad diaria vivida por la ciudad.

Hasta un total de cinco corporaciones (Nazareno, Soledad, Cautivo, Humillado y Flagelación) forman parte de la Agrupación de Cofradías de Melilla. Si bien, resulta necesario centrar la atención en el problema que atañe a la última de las citadas, la Venerable Cofradía y Hermandad Franciscana de Nuestro Padre Jesús de la Flagelación y Nuestra Señora del Mayor Dolor, conocida como Hermandad de la Flagelación.

Flagelación y Mayor Dolor, titulares de la corporación de la Flagelación, en su capilla de la Medalla Milagrosa. Fotografía: Lucía Martínez

La labor social que esta corporación desempeña es encomiable. Además, no quedando sus esfuerzos únicamente en este nivel, la revitalización del entorno y la reavivación de la vida cofrade lograda en su Parroquia ha sido muy significativa en el último lustro, donde además comparten sede con la Cofradía de Gloria del Rocío de Melilla y la Asociación de la Medalla Milagrosa. Si bien, es precisamente el templo en el que se erige canónicamente la corporación, la Parroquia de la Medalla Milagrosa, el motivo de su preocupación y el desencadenante de lo que aquí se expone.

La conocida también como del “Ave María”, se encuentra ubicada en el barrio de Batería J. Este es uno de los seis templos que se encuentran en Melilla y que, por tanto, pertenecen a la Diócesis de Málaga. Desafortunadamente, el estado en el que se encuentra la Parroquia y, especialmente, la espadaña de la misma, ha hecho saltar todas las alarmas y solicitar ayuda al Obispado que, sin embargo, no se manifiesta.

Situación actual de la espadaña del templo. Fotografía: Luis Ronda Legido

Tal y como afirman declaraciones emitidas por Onda Cero Melilla, “los daños que presenta la Parroquia son antiguos, pero los continuos movimientos sísmicos han acelerado los desperfectos y, desde finales de agosto, permanece vallada”. Dada la situación, el Obispado de Málaga encargó un informe particular a un arquitecto, a la par que la Consejería de infraestructuras realizó de inmediato su propia inspección, ordenando el vallado de la misma. Sin embargo, hasta la fecha, no se han obtenido nuevas respuestas que permitan esclarecer el futuro que depara a esta situación.

¿Por qué no recibe este templo la atención y ayuda que merece? ¿Cuál es la postura del Obispado frente a esta realidad que les atañe? ¿Es Melilla la gran olvidada de la Diócesis de Málaga? Muchas preguntas, sin respuestas claras. Lo que sí es sabido es el alto valor material y emocional que posee este templo para todos los melillenses. Más allá de un desperfecto estético, son muchos los elementos que se ven alterados por la situación, desde el acceso peatonal por los alrededores hasta el propio acceso al templo, el cual debe efectuarse por un espacio estrecho y no apto para cualquier devoto.

En declaraciones del Hermano Mayor de la Flagelación a Palio de Plata: “desde la ciudad se ha mostrado preocupación e interés por resolver esta situación, pero al ser un procedimiento que depende íntegramente del Obispado de la Diócesis de Málaga, la ciudad autónoma no puede intervenir sin aprobación previa. Seguimos a espera de alguna respuesta, movilizándonos de cara a lograr un buen desenlace”.

Dada la pasividad de los organismos competentes, la propia corporación de la Flagelación, así como la Parroquia han iniciado una serie de acciones en pro de la rehabilitación del templo, pues su mayor temor es el cierre. Así pues, el próximo 18 de diciembre tendrá lugar una chocolatada solidaria, a las 19.30h. Además, se pueden adquirir pulseras de la Medalla Milagrosa por un donativo voluntario.

Y es aquí y ahora donde, desde estas líneas, quiero resaltar una vez más la misión de la iglesia, el verdadero valor y sentido de la palabra evangelizadora que a través de ella se transmite. Es ahora cuando, más que mirarnos cada uno a nivel particular o a la Iglesia en general como a institución o ente, debemos centrarnos en la comunidad cristiana a la que pertenecemos, la Parroquia, y hacer todo lo posible por preservarla y cuidarla, para los cristianos y cofrades de hoy, así como para los de mañana, respetando siempre nuestra tradición y nuestro patrimonio. Es aquí donde, desde el Obispado, se debería dar ejemplo de la palabra a través de las acciones y ayudar a estos hermanos que tanto lo ruegan.

Fotografía de portada: Melilla Cofrade (@melilla_cofrade)

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