La Estrella (2019), por Francisco Jesús Flores Matute
https://www.youtube.com/watch?v=RugLnNibDqg
Celebrar un Centenario Fundacional es todo un hito dentro de una Hermandad, por cuanto refleja la continuidad de un trabajo, de unas devociones, de un fervor y de una tradición dentro de la ciudad y el propio barrio en el que se incardina la Cofradía.
“La Estrella” es una marcha triunfal nacida para conmemorar dicha efeméride y, partiendo de la premisa antes expuesta, pretende reflejar la comentada continuidad de un grupo humano que lucha cada día de las vidas por acrecentar la devoción y amor que sus componentes le tienen a sus titulares -aglutinantes de todos los sentimientos-, en el resto de la ciudad.
La Hermandad de la Humillación y Estrella es un claro ejemplo de institución identificable con su barrio y con su parroquia, en definitiva, con sus gentes. Personas obreras y humildes, que cada jornada despiertan para luchar un día más con sus esperanzas situadas entre las finas manos de la dolorosa de la Estrella y el semblante taciturno de un Señor que, siendo rey, prefiere humillarse para encumbrar al género humano. Empero, también personas que enfrentan las penalidades de la vida con jovialidad y alegría. ¿Qué perder cuando se tiene como vecinos más ilustres a Dios mismo encarnado en una imagen que, como ellos, agacha la cabeza y continúa su camino, con resignación pero valentía, y a su bendita Madre, que es la guía y faro en el camino de sus vidas?
La marcha “La Estrella” refleja todas las reflexiones anteriores, encarnándose en la bellísima dolorosa a la que va dedicada. Su mismo título quiere expresar la sencillez e inmediatez que su imagen aglutina en el nombre de toda la hermandad.
Comenzando con una llamada de las cornetas, el tema principal, -en Do mayor ampliado (es decir, con coloratura modal)-, aparece exultante de alegría y movimiento, con un contrapunto que juega con las arritmias y una melodía de llamadas en las cornetas que dialoga con todo lo anterior. Seguidamente llegará el fuerte de bajos, que a través de una nota pedal que se mantiene, insistente, en el bajo, ve como fluye melódicamente y armónicamente de manera ascendente, creando cada vez más tensión hacia la resolución con la reexposición del tema principal, que cerrará con una pequeña coda-puente hacia el trío. Esta primera parte de la marcha es la más clásica, con referencias a los modos de autores tan renombrados como Farfán o Gámez Laserna en su conformación estructural y estética, aunque la misma mantiene la personalidad que quiero imprimir en mis obras mediante el uso de armonías modales y otras particularidades de ámbito melódico, creo que ya reconocibles en otras piezas de mi autoría como “Los Remedios”, “Trinidad Coronada” o “Regina Decor Carmeli”. Destacable es, además, la dicotomía entre estatismo y movimiento (los contrastes melódicos mediante la rítmica en los contrapuntos, el uso del pedal en el fuerte de bajos…) que también aparecerá en el trío y que tendrá su sentido extramusical, el cual comentaremos más adelante.
El trío se convertirá en una sección ampliamente movida, por desarrollada, y, a la vez, contrastante con lo anterior, por cuanto se presenta un tema muy melódico y, paradójicamente, estable, dulce y estático. El propio tema musical trabaja sobre características aparecidas anteriormente como es el uso del pedal. De esta forma, el motivo principal se trabaja en la tonalidad de La mayor, con armonías que se mueven manteniendo la susodicha nota pedal en “la”. Según avanza esta sección de la marcha, el tema se desarrolla de múltiples maneras: por modulación, por texturas (homofónicas, contrapuntísticas…) y se acrecienta la tensión hasta desembocar en la reexposición del tema principal del trío en Do Mayor, con la presencia de las cornetas, que le aportan brillantez y realizan su papel a través de una variación de la melodía que realizaban en la primera parte de la marcha. La misma finalizará con una coda que recupera la esencia melódica, armónica y textural de la primera parte de forma triunfal.
Retomando el sentido extramusical de la obra, ¿por qué ese juego dicotómico entre movimiento y estatismo? Precisamente para reflejar lo expuesto en la introducción de este pequeño ensayo: la continuidad en el tiempo de una labor en continuo movimiento, valga la redundancia y la paradoja, manteniendo como principal baluarte a la dolorosa de la Estrella, bienhechora del barrio del Perchel y de su propia Cofradía.
En cuanto al contraste entre los propios temas, por un lado se ha querido representar el espíritu festivo de la efeméride, que se verá cristalizada con la procesión extraordinaria de la imagen mariana este próximo sábado y por otro el sentir emocional de todo su barrio y, personalmente, el mío propio. El trío es, precisamente, mi particular oración a Ella. Por eso, frente a lo anterior, se erige como una parte que, -quienes me conocen reconocerían-, explota mi particular poética y alma interior.
Francisco Jesús Flores Matute.
Licenciado en composición y teoría musical; pianista, historiador del arte y doctorando en la Universidad de Málaga.