El alma de un barrio
El periodista Ignacio Castillo se convirtió el pasado viernes en Hermano Mayor del Cautivo por un resultado más ajustado de lo que los pronósticos auguraban los días previos: 585 votos a favor por 471 votos para el otro candidato, el asesor fiscal Fernando Cabello. Esto sin duda viene a corroborar lo que todos, aún estando fuera de la hermandad, sabíamos: que la cofradía se encuentra fragmentada. Pero esto ya es pasado, o al menos es el principio para que así sea. Es lo que parece después del abrazo que se dieron ambos candidatos tras finalizar el recuento. Por el bien de la hermandad y de nuestra Semana Santa, es un primer paso que celebramos con alegría.
La candidatura del actual Hermano Mayor, El alma de un barrio, es un derroche de ilusión y promesas con las que ha convencido a sus hermanos con derecho a voto, algo más de 2000. Entre ellas, aprovechar el cambio de recorrido oficial para la Semana Santa del 2017 para intentar convencer a las otras hermandades del Lunes Santo que la cofradía no pueda estar en la calle hasta cerca del amanecer del Martes Santo; terminar el palio de Mª Santísima de la Trinidad; o construir una nueva casa – hermandad cerca de la iglesia de San Pablo, solicitando a Roma el otorgamiento de Basílica Menor.
Una decena de proyectos de toda índole copan el programa. Ahora toca cumplirlos, o al menos, justificar ante el Cabildo de Hermanos las causas de su incumplimiento, porque me temo que habrá más de uno y de dos que serán difíciles de realizar.
Sin duda hay dos aspectos ante los que debemos estar expectante: uno se encuentra dentro del programa y es que tiene la intención de fomentar la participación en el Cabildo de forma ordenada. Es un déficit común a todas las cofradías: participar en muchas ocasiones acaba en bronca, y esto no puede seguir siendo así. Y lo segundo en lo que quiero llamar vuestra atención es en el mensaje que ha mandado durante las distintas entrevistas que ha ofrecido a los medios en los días previos: las mujeres de la Cofradía tienen el mismo derecho a portar sobre sus hombros al Cautivo o a la Trinidad, y no como hasta ahora en el traslado de regreso, sino en el mismo Lunes Santo; y además esto debe tratarse de forma natural, sin necesidad de llevarlo a consulta al Cabildo. Por tanto, aquí tiene la primera oportunidad de empezar a cumplir lo prometido. Espero varias decenas de hermanas de la Cofradía apuntándose en las listas de espera de ambos tronos. ¿Las veremos salir? Pronto tendremos la respuesta.