¡Bendito mes de mayo!
María Auxiliadora y María Santísima de la Trinidad protagonizaron una jornada cofrade inmejorable, bendiciendo las calles de sus barrios acompañadas de sus fieles.
La tarde del 25 de mayo quedará en el recuerdo de todos los cofrades congregados en los barrios malagueños de Capuchinos y la Trinidad, ya que tuvieron la oportunidad de disfrutar de sus respectivas titulares por las calles. La hermandad del Cautivo fue la primera en poner en la calle a sus hermanos que portaban velas para acompañar el andar de la reina del barrio de la alegría. Alegría que quedó patente desde la primera mecida del trono y la primera nota que entonaron los componentes de la Banda Sinfónica Virgen de la Trinidad, nada más que la Virgen asomó por el dintel de la puerta de la parroquia de San Pablo. La procesión estuvo cargada de color y buen gusto hasta el final de la misma, resaltando las calles que aguardaban impacientes el paso de «La Trini´´ para recibirla con un sinfín de pétalos, como por ejemplo su propia casa hermandad.
Mención aparte merece la Banda de Cornetas y Tambores del Cautivo de Málaga, que se ocupó de abrir el cortejo procesional de una espléndida. Dejando patente una vez más que están dentro de la terna de mejores bandas de Andalucía dentro de su modalidad.
Al otro lado del río, en el barrio de Capuchinos, a las 18:30 horas hacía acto de presencia en la casa hermandad de los Salesianos, la Archicofradía de María Auxiliadora. Abrió el cortejo procesional la imagen de San Juan Bosco, en su trono portado por jóvenes adolescentes y acompañado musicalmente de la Agrupación Musical San Lorenzo Mártir. A destacar la seriedad mostrada durante de toda la procesión de los portadores pese a su edad. Justo detrás venía el trono de Santo Domingo Savio, que iba portado por chavales aún más jóvenes y dejando detrás a todos los niños y niñas que han realizado la primera comunión, mostrando que el mundo cofrade tiene el futuro garantizado.
Más adelante aguardaba la «Virgen de los tiempos difíciles´´, María Auxiliadora lucía radiante en su trono floreado. Protagonizó una infinidad de estampas preciosas a su paso por el entorno de Capuchinos y la Cruz del Molinillo, en todas las calles, una multitud de fieles que ansiaban volver a ver a su santísima madre. El mejor ejemplo de ello fue la calle Rojas Clemente, que se desbordó de entusiasmo al paso de María Auxiliadora y la recibió con una lluvia interminable de flores y vítores. De esa misma forma, y con la banda sonora divina de la Banda de Música de la Paz, llegó la titular mariana a su encierro para poner el broche de oro a una tarde que será recordada durante mucho tiempo.