El regalo de la vida
Málaga amaneció un nuevo Domingo de Resurrección gloriosa, alegre pero a la vez triste, porque sí, así somos los cofrades, quienes solemos hacer del día con mayor gozo para un cristiano uno en el que siempre tenemos ese pequeño halo de nostalgia por dejar escapar una nueva Semana Mayor.
Y si bien es cierto que este año tampoco se ha desarrollado la semana de la forma a la que habitualmente estamos acostumbrados, se ha encontrado en ella una nueva forma de disfrutar, de sentir, de emocionarse, de orar, pero sobre todo de vivir.
Porque la vida, venga con unas circunstancias u otras, son momentos, son vivencias y es esa esquina donde viste aquel trono por primera vez, aquella donde la marcha te marcó un antes y un después, o aquella vez en la que, tras un momento amargo, te reencontraste con tu Sagrado Titular, ese que siempre te escucha y te sostiene.
La vida es saber aprovechar esos momentos, esos pequeños detalles que hemos añorado muchas veces en los últimos meses, en aquel confinamiento donde tuvimos que aprender a ver las cosas de otra forma, a conocernos interiormente y a mejorar para superar las adversidades.
Por ello, la Semana Santa de 2021, bajo la humilde perspectiva de este cronista, ha sido plena, ya que, si estamos centrando esta columna en lo que representa la vida, esta se ha respirado profundamente en todos los rincones de la ciudad. Cada detalle, cada mirada, cada sensación surgida al entrar en un templo, ese pellizco al corazón…
Y para cerrar ese círculo de momentos, Ellos, los que respiran vida, los que muchas veces olvidamos o, simplemente, desconocemos. Sí, el Santísimo Cristo Resucitado y María Santísima Reina de los Cielos, los Sagrados Titulares de todos, absolutamente todos, los cofrades malagueños. Los que anuncian la Fiesta de la Resurrección pero también marcan el inicio de una nueva cuenta atrás cargada de ilusión.
Habrá críticas, habrá debate, habrá miles de interpretaciones sobre lo que representan los Titulares de la Agrupación de Cofradías y las circunstancias en torno a su culto, pero si algo es cierto es que componen un momento más, uno de esos que llenan nuestros recuerdos y que tanto hemos de saber disfrutar, sí, Ellos son el regalo de la vida.