Un martes santo diferente, pero también inigualable
En el tercer día de esta Semana Santa de 2021, las hermandades volvieron a hacer todo lo posible por llevar la emoción del Martes Santo a todos los malagueños. Y aunque no pudiese ser desde la Tribuna de los Pobres, calle Larios o Catedral, los templos acogieron a todas las almas devotas que quisieron acercarse a la pasión.
La hermandad del Rocío abrió sus puertas a las 15:15 de la tarde, como tradicionalmente hace para comenzar su estación de penitencia cada año. Este fue de manera simbólica. Ni la dura pandemia a la que nos encontramos sometidos, fue capaz de frenar la devoción inquebrantable que Málaga siente por la novia, y su hijo el Nazareno de los Pasos.
Horas y horas de espera merecieron la pena por tal de ver la cara de ambos titulares. Al entrar, el Señor caía abrazado a u cruz sobre un monte de claveles y espinas. Tras él, su madre, con la peculiar sonrisa y pureza de la que es Virgen del Rocío. No habría procesión, pero Málaga volvió a vibrar con los victorianos.
Un poco más abajo, en Calle Agua, dos tronos radiantes se encontraban tras las puertas de la casa hermandad del Rescate. La gente suspiraba al ver esta imagen. Unos de alegría, ya que no todos los días se aprecia tal estampa, y otros de tristeza, porque saben que deberían estar, a esa misma hora, caminando por las calles.
Pero así es la pandemia, nos obliga a parar. A vivirlo todo de una manera mucho más lenta. Pues aunque no se procesione, la mirada de la Virgen de Gracia siempre será única, y cualquiera que la mire se quedará prendado. De ella, y de su hijo, que con mirada serena espera Sentencia de muerte en el Getsemaní Victoriano.
Una Sentencia, que todos los años llega. La Iglesia de Santiago se encontraba más elegante que nunca. Y los titulares de esta hermandad lucían resplandecientes en su capilla. Rodeados de multitudinarias flores, junto a ofrendas infantiles. Posiblemente sea esta una de las estampas más tiernas del día. Hasta los más pequeños quisieron demostrar su devoción en un Martes Santo tan especial.
A las 18:00 de la tarde, la banda de Música de la Paz resonaba en Pozos Dulces para rendir homenaje a los titulares de las Penas. Una plaza llena de ilusión que intentaba ver, aunque fuese de puntillas, la inquebrantable elegancia del Señor y de la Virgen.
Jesús de la Agonía lucía frente a su Madre de las Penas, que cubierta bajo palio, recibía con una leve inclinación de cabeza a todo el malagueño que se acercaba a verla. Rodeada de flores, pues este año no lucen en su manto. Pero aun así, Málaga hizo una cola Interminable por tal de pasar a ver la elegancia de ambos.
En Nueva Málaga, la gente se volvió a hacer barrio. A las 15:00 la hermandad realizó su salida simbólica, y a sones de campanas y aplausos, la hermandad suspiró ante un Martes Santo nunca soñado, pero bien recibido, si al menos daba la oportunidad de ver al Nazareno del Perdón y a María Santísima de Nueva Esperanza en sus tronos procesionales.
Por último, pero no menos importante, la Estrella del Perchel recibía a todos sus devotos y visitantes. Era Martes Santo, y aunque no saliesen a la calle, la cara de la Virgen brillaba más que nunca, y la gente al pasar cuidadosamente, le brindaba una sonrisa. Tras ella, su hijo de la Humillación, vistiendo túnica blanca rasgada por el pecho y la espalda, como es habitual. Pudimos ver una estampa, que aunque no fuese la tradicional, fue única.
Ha expirado un nuevo Martes Santo, por lo que queda un día menos en el calendario de esta nueva cuenta atrás que tan importante es para los cofrades. Mucho ánimo, paso a paso, aunque sea lento, saldremos de esta.
Por un nuevo, soñado, y sobre todo, tradicional Martes Santo.
