Nunca se fue
Pasada la festividad de la Inmaculada Concepción, una poderosa luz blanca se alza de nuevo desde Vélez. No dejó de brillar ni un instante, ni en los últimos ocho meses. El Rocío todo lo cubrió.
Se suele decir que toda espera merece la pena, que con paciencia y cariño las metas se alcanzan, y que todo vuelve a su ser, tal vez, por la Gracia divina de la Virgen María. Vélez Málaga despertó un nueve de diciembre de forma especial, muchos sintieron que algo les empujaba hacia la Parroquia de San José desde primera hora de la mañana; otros quizás miraron una estampa esperando poder reconocer a su Virgen, que estaba de vuelta; otros, más ajenos, simplemente queríamos que todo fuese bien y que los hermanos pollinicos de Vélez por fin sintieran el calor y la presencia de su Madre.
Nunca se fue, estuvo presente en cada uno de los actos en los que la Cofradía y toda Vélez-Málaga ponían todos los recursos que tenían a su alcance para recuperar a su bendita Virgen del Rocío, en las donaciones y ventas en verbenas y objetos simbólicos para recaudar fondos, en todas las personas que han luchado contra los trámites burocráticos para acelerar todo el proceso. A todos nos llegó la trágica notica y las devastadoras imágenes, y ahora a todos nos tiene que llegar su venida y el regocijo de todos los que anhelaron este día durante muchos, demasiados, meses.
Su rostro, despejado de lágrimas, vuelve a esbozar la leve sonrisa de la Madre que se alegra porque un nuevo Domingo de Ramos su Hijo entra triunfal en Jerusalén por las calles de Vélez, aun a sabiendas de lo que estaría por suceder. Sus manos vuelven a abrirse para fundir en un reconfortante abrazo a los que acuden a Ella para sentirse más llenos y volverse a casa imitando el introvertido pero afable gesto de la Virgen. Juan Ventura lo ha materializado, ha obrado el milagro.
María Santísima del Rocío vuelve a sonreír, y lo hará con más fuerza aún en un Domingo de Ramos glorioso que quitará todas las espinas de lo que no pudo ser en 2023 y de la rabia y la impotencia contenidas en un momento que a pesar de lo duro que fue, sirvió para sacar el lado más humano, más solidario y más fraternos de los hermanos pollinicos, de los devotos de la Santísima Virgen, de los veleños, malagueños y andaluces. La Virgen del Rocío siempre sonríe e irradia su pura y blanca luz en nuestros corazones. Ya está de vuelta, como un regalo de Navidad anticipado.
Fotografías: Instagram de la Cofradía Pollinica y Rocío de Vélez.