Una ventana al recuerdo y a la memoria

Federico Castellón, Dolores Vargas y Francisco Triviño, responsables de los archivos de sus respectivas Cofradías, conversaron acerca de la importancia de los mismos en una mesa redonda moderada por Miguel Ángel Vargas, Hermano Mayor de la Hermandad de la Salud.

Es indiscutible que la historia de las Hermandades y Cofradías malagueñas es importante para saber de donde venimos, por lo que es esencial mantener a buen recaudo toda la información heredada: legajos, libros, fotografías, etc. Este fue el tema a tratar en la segunda jornada de ‘Punto de encuentro’ celebrada el pasado jueves día 28 en la Casa Hermandad de Pollinica, moderada por el Hermano Mayor de la Salud Miguel Ángel Vargas.

Fue interesante el contraste entre los tres archivos expuestos en la mesa: desde el histórico fondo documental de la Archicofradía de los Dolores de San Juan, pasando por la documentación recopilada en Pollinica hasta el joven archivo de los hermanos de la Salud. Federico Castellón fue rotundo al hablar de la situación de los archivos: “el peor sitio de una institución, sea Cofradía o no, es el archivo», haciendo entrever a los asistentes que la conservación de los fondos, por norma general, no es el indicado: documentos en sótanos, alacenas, armarios, o dispuestos de cualquier manera. A la conservación también se unió el debate sobre la digitalización, aspecto por el que es reconocido el archivo de los Dolores de San Juan.

 

Federico Castellón, Dolores Vargas y Francisco Triviño

 

Hubo, incluso, espacio para los grandes referentes de la historiografía y archivística cofrades: desde las obras del padre Llordén y Sebastián Souvirón, pasando por la labor archivística de los desaparecidos Lola Carrera y Manuel Molina. «Los archivos tienen cara y están representados por una persona; para mí, mencionar a Trinidad García Herrera, ya no solo por facilitar la labor, sino también por la cercanía», comentaba Dolores Vargas, en un grato recuerdo hacia la archivera de la Agrupación de Cofradías. «Son profesionales de su trabajo, que son cofrades y saben hacer su trabajo a la perfección», añadía Francisco Triviño, otra de las claves comentadas en la sesión: es sumamente importante la mano de historiadores en las propias Cofradías con conocimientos archivísticos

En la búsqueda por cuidar los archivos, se llegaron a conclusiones interesantes. La primera, en cuanto al cuidado de la propia figura del archivero, rol que puede cambiar con las sucesivas Juntas de Gobierno, algo que maltrata al propio fondo documental y al conocimiento de la propia corporación. La segunda, hay mayor consciencia de lo que es un archivo cofrade y lo que implica dentro de las propias Hermandades; por ello, hay reglamentos de archivo específicos para los archivos cofrades, de aspecto privado, como los planteados por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico; incluso, podríamos hablar de una ‘profesionalización’, es decir, gente con formación o conocimientos que afronte la tarea de gestionar el archivo de una Cofradía. Con estas ideas y mil anécdotas, con los documentos como protagonistas, finalizaba una distendida y educativa jornada.

 

Momento de la jornada, moderada por Miguel Ángel Vargas
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