La Historia escondida detrás del silencio
Me gustaría imaginar a Alberto Durero tomando el primer vuelo de su Alemania natal hasta la Costa del Sol, previa colocación del disfraz del turista germano actual para pasar desapercibido, y tomar unas cañas, o jarras como buen bávaro, con el escultor malagueño Ruiz Montes. Quedarían en las playas de El Palo y mientras degustan unos espetos, hablarían del Arte del Grabado, de la Pintura y de la Escultura; también le dedicarían tiempo para charlar de Anatomía y de la imponente necesidad de ambos de reflejarla de forma extraordinaria en sus obras; de lo que supuso el Renacimiento y del actual Hiperrealismo; y de como la imprenta le dio una gran fama a Durero a principios del s. XVI, dándose a conocer desde su taller de Nüremberg a toda Europa, o de como Internet está revolucionando las comunicaciones en la actualidad, dando la posibilidad que una mexicana felicite al autor malagueño incluso antes que sus propios amigos.
Y por supuesto hablarían de la Pasión de Cristo. Ambos expresarían su pasión por la Pasión, la del cuerpo y otra mucho más dolorosa, la del alma. De cómo Jesús se encontró solo en el Gólgota, progresivamente abandonado por sus discípulos y, cuando llegó la hora final, humillado y despreciado, desde el prendimiento hasta la crucifixión. [Extracto del pregón de la Semana Santa de Gijón, 2018]
Comentarían la evolución en la búsqueda de una imagen devocional para llegar a lo transcendente, a lo místico, al más allá; a buscar en la actualidad en las imágenes la satisfacción de los sentimientos propios y que estos se muestren a flor de piel, que una imagen sea la mejor de todas las posibles para llegarnos a los que las contemplamos. Hablarían de las Historias escondidas detrás del silencio de sus obras, de la de Jesús pensativo en una peña y la diferencia y similitudes entre aquella de finales del s. XV y la que se va a realizar en los próximos dos años para la Hermandad de Humildad y Paciencia de Málaga.
Estoy seguro de que Durero preguntaría extrañado del por qué se cambia una obra por otra. Ruiz Montes le explicaría que los hermanos de la cofradía titular de esa imagen así lo han decidido. Está claro que Durero, viendo la actual y el boceto de la futura imagen, también hubiera votado a favor del cambio; pero tendría reticencias porque para él, todas nacieron de su idea, y a todas las tiene especial cariño. Y se preguntaría por los fieles de la imagen actual, haciendo honores a su humanismo.
Ruiz Montes antes de los postres, aprovecharía para enseñarle los dibujos presentados a la Hermandad donde aparecen centuriones romanos afanándose en los preparativos de la crucifixión, mientras Jesús se eleva sobre ellos de forma abstraída. Y «hasta un caballo» exclamaría el germano. Así no hay duda de que es una gran obra. Y ¿para cuándo dice que estará? Pues el Señor para la Semana Santa del 2021, y del resto del grupo aún no hay nada. ¿Cómo? Pero es que no se dan cuenta de laplasticidad, del movimiento del conjunto, de la maravilla que has hecho. Pásame los datos del Hermano Mayor que aprovecharé para estrenar Instragram y hacerle un DM.
En la despedida, Durero comentó que aprovecharía el viaje para hacer el camino a Santiago, a ver si se encontraba a sí mismo.