Pasión por Andalucía

La celebración de la Semana Santa no es ni mucho menos un fenómeno específico de Andalucía, de hecho toda comunidad cristiana celebra la Semana Santa ya sea con procesiones o asistiendo a oficios religiosos; incluso no es necesario ser católico para celebrarla, pues  en muchos países de mayoría, por ejemplo, protestante, se celebran oficios religiosos por la Semana Santa, véase Estados Unidos o los países escandinavos. Pero bien es cierto que en Andalucía, al igual que en muchas zonas de España destaca un fervor especial por la religiosidad popular ya sea la Semana Santa, las romerías o cualquier manifestación de piedad popularEsto se debe sin duda a un contexto histórico muy determinado: la sociedad qué se forma en la Andalucía reconquistada es católica y acentuará más esta identidad en los siglos XVI y XVII donde a causa de la reforma protestante y tras el concilio de Trento, la piedad popular será vista como una forma de identidad de la denominación católica, sin dejar atrás lo que de pedagógico y didáctico siempre tuvo.

Reconquista de Córdoba por Fernando III el Santo. Obra de 1712 por Antonio Palomino, en la capilla de Santa Teresa de la Catedral de Córdoba.

La recristianización de Andalucía no se produce al mismo tiempo, pues estuvo supeditada a las campañas militares que les era posible acometer a los reinos cristianos peninsulares.  Es el valle del Guadalquivir la primera zonas de Andalucía en que de nuevo se rezó la fe cristiana. El rey Fernando III «El Santo» rey de Castilla (1217-1252) y León (1230- 1252) conquistó las ciudades de Córdoba (1236);  Jaén (1246) y Sevilla (1248). Su hijo Alfonso X el sabio fue responsable de la toma de Huelva, (1262);   Cádiz  (1262) y Jerez (1264).

La crisis económica y sanitaria que se vivió en todo el S. XIV paralizó la reconquista, del único territorio musulmán que se mantenía en la península, el Reino Nazarí de Granada. Entre paréntesis podemos contar la toma de Algeciras por parte de Alfonso XI de Castilla y León en 1344 enmarcadas en las campañas del estrecho o la toma de Antequera en 1410 por parte del infante castellano Fernando de Trastámara, a la postre rey de Aragón.

La culminación definitiva de la recristianización de Andalucía se llevará a cabo en la Guerra de Granada (1482-1492) empresa militar iniciada por la reina Isabel I de Castilla y León y su consorte, el rey de Aragón Fernando II (Reyes católicos). Así, fueron tomadas Ronda (1485); Málaga (1487); Almería ( 1489) y por último Granada (1492).

La rendición de Granada. Obra de Francisco Pradilla y Ortiz (1882). Senado de España.

La religiosidad popular en Andalucía se verá impulsada por la construcción de catedrales e Iglesias y la erección de hermandades y cofradías, que se irán formando en torno a gremios en muchos casos, a la par que darán un servicio funerario para sus integrantes en muchos otros.

El concilio de Trento: el esplendor barroco

Quizás las líneas maestras de la estética de lo que ha llegado hasta hoy en nuestra Semana Santa podamos deberla, en un origen, a la reforma protestante que comienza  a principios del siglo XVI.  Así pues, para combatir esta reforma, fue convocado  el Concilio de Trento con el objeto de afianzar las doctrinas católicas que cuestionaban los protestantes, como la veneración a la Virgen María, las canonizaciones, o la veneración de imágenes o la creencia en la Transubstanciación  eucarística.  Se creará una serie de cánones estéticos y doctrinales que favorecieron pues  la piedad popular en modo de procesiones, exaltación del  Corpus Christi etc., por cuánto estás manifestaciones eran rechazadas por los reformadores protestantes, es decir, se trataba más bien de una reafirmación católica ante aquellos que habían manifestado disenso.

 

Nazareno de Lágrimas y Favores con la espada de la defensa del voto concepcionista o de sangre.

En este contexto muchas hermandades comenzarán a mostrar un gran fervor por el misterio de la Inmaculada Concepción, varios siglos antes incluso de que fuera proclamado Dogma de Fe, fueron muchas las hermandades andaluzas qué incluían el llamado Voto de sangre, una promesa en defensa de esta creencia que afirma que María, la madre de Jesús, fue concebida sin pecado original y que fue elevada a rango de Dogma d Fe en 1854 por Pío IX.

La devoción que particularmente en Andalucía se mostró a la Virgen María otorgó a nuestra región el  apelativo de Tierra de María Santísima y es posible que junto a México, sea Andalucía el lugar donde la mariología popular se haya desarrollado de manera más amplia, si bien muchos aspectos de esta forma de vivir la devoción respecto a la figura de María, han ido siendo corregidas, por el magisterio católico incluido el concilio Vaticano II.

El arte

Un rasgo característico de la estética procesional andaluza es el uso de ropa en las imágenes que, salvo excepciones, no es tallada como ocurre en Castilla y otras zonas,  sino confeccionada en tela.

Cristo de la Clemencia. Obra de Martínez Montañés. Fotografía: Cámara del arte

La proliferación de imagineros en Andalucía enriqueció artísticamente nuestra comunidad creándose en especial dos focos artísticos en nuestra comunidad Sevilla y Granada bebiendo Málaga del influjo de esta segunda escuela.

En el área occidental son destacados los trabajos de Juan de Mesa o Martínez Montañés, en el oriente podemos destacar a Fernando Ortiz o Pedro de Mena, con gran incidencia en Málaga.

El estilo barroco, y sus formas litúrgicas y procesionales ha sido el gran predominante en la Semana Santa andaluza, aunque a veces hay hueco para otros estilos (Véase el neogótico trono de la Virgen de Gracia).

Virgen de los Dolores (Servitas). Obra de Fernando Ortiz. Siglo XVIII

El fervor andaluz

El sentimiento religioso andaluz se diferencia del de otras partes de España por su espontaneidad su fervor hacia fuera y las expresiones indisimuladas de manifestaciones de sentimientos.

La simbiosis entre flamencos y nuestra piedad popular se ve reflejada en nuestra saeta, un cante eminentemente andaluz que en cada provincia toma unos matices diferentes pero que, con sus particularidades, podemos identificarnos en ella.

La Andalucía de hoy ya no se parece nada al Andalucía que bebía de la influencia católica de Trento, nuestra comunidad al igual que el resto de España está insertada en el marco cultural de Occidente y muestra un alto grado de secularización, a su vez son destacables algunas tensiones entre las propias hermandades que por su idiosincrasia están formadas por laicos y las autoridades eclesiásticas, unas tensiones, que ya vienen de antiguo. Sin embargo, para bien o para mal según cómo pueda mirarse, en Andalucía existe un hondo sentido de que la piedad popular, reflejada en sus procesiones de Semana Santa, parte indisociable de la cultura popular de Andalucía.

Desde personas más o menos creyentes, hasta las más fervorosas valoran este hecho desde un punto de vista objetivo: es cultura de Andalucía, pues todo lo que implica su imaginería, sus bordados, su patrimonio musical e incluso el propio hecho de la devoción, constituye un legado y un patrimonio cultural en Andalucía cuya politización o apropiación  intelectual debilitaría el propio legado cultural, que independientemente de la fe, nos aporta la piedad popular andaluza.

Pero si nos referimos sólo a la fe en el mundo cristiano, ya sea católico o no podemos, sentir un cierto orgullo racional al proclamar que en nuestra región vivimos la fe de una forma muy especial, ni mejor ni peor que en otras latitudes o que en otros  otros contextos cristianos, pero sin duda deberá admitirse que el fervor, la pasión y el legado cultural que nos ha legado el mundo cofrade hace que podamos, con sosiego, poner en valor este patrimonio colectivo que hemos creado durante siglos y que debe seguir actualizándose para no morir.

En este aspecto, y aunque queda mucho por avanzar, podemos observar como al menos en Andalucía,  grupos de personas como las mujeres o los homosexuales que otrora tenían un papel invisible en las hermandades, ahora ocupan ya sea de hecho o derecho un sitio protagonista.

En cuento a la mujer, ocupa desde hace tiempo un papel de igualdad en el acceso a cargos en hermandades, y en el propio cortejo. Si bien, podemos dejar con orgullo que Málaga ocupa un papel destacado en cuanto a la inclusión de mujeres como portadoras. Otro grupo de personas, cuya presencia ha ido normalizándose, en especial en Andalucía, son los homosexuales.   

Pilar Távora, directora de la película Madre Amadísima, que trata sobre la realidad de los homosexuales en la realidad cofrade andaluza reflexiona:

En Andalucía la aceptación la vida religiosa, del colectivo LGTB y referido concretamente al gay es, me atrevo a decir, mayoritariamente positiva. Es un colectivo que ha intervenido con “normalidad” en muchas manifestaciones andaluzas, tanto artísticas (flamenco, copla, poesía, danza…) como sociales-religiosas  (romerías, semana santa, ferias…) por lo que han sido parte de todos estos mundos y esto ha contribuido a una participación en la colectividad quizás, con mucha mas “normalidad” que en otros lugares del Estado donde todo este contexto no existe como parte de lo cotidiano. No olvidemos la importancia que en Andalucía tienen estas manifestaciones y quienes las protagonizan.

Si bien, en algunas de ellas, en otros tiempos, eran entretenimiento para su humillación que practicaba esa clase que aún pervive de “los señoritos” – ahora se llaman de manera diversa pero son los mismos- en la gente popular, en el pueblo andaluz, el colectivo gay ha sido parte de la vida andaluza.  A pesar de esto, señalo que tanto en la iglesia – mucho mas hipócrita que el resto (ha habido casos en que por casamiento han “expulsado” a los vestidores de la cofradía), como en la sociedad civil, el camino no ha sido de rosas ni está libre de piedras y rocas en el camino, pero, particularmente creo, que en Andalucía el rechazo y la discriminación de este colectivo (no hablo del total de LGTB) quizás haya sido menor por las razones perfiladas – no por ello menos cruel cuando se ha dado- que en otros territorios. “

Andalucía es una tierra que ama la libertad y la tradición.

Quizás no podamos entender una Andalucía huérfana de uno de estos elementos que han forjado su identidad a lo largo de siglos.

Cabe recordar que, quizás, esta simbiosis perfecta la encontremos en nuestro himno, una melodía religiosa sobre la que Blas infante insertó versos de libertad, paz y esperanza, y con cuyos acuerdes  inician sus salidas procesionales María Stma de la O y la Divina Pastora (devoción, por cierto, de origen andaluz)

Por último solo desear

¡Feliz día de Andalucía!

¡Sea por Andalucía libre, España y la humanidad!  

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Autor

  • Carlos Jiménez Lerma

    Licenciado en Historia. Hermano de la Sagrada Cena y del Santo Cristo de la Salud. Coleccionista de música procesional y autor de la cuenta 'Marchas de Málaga'. Estudiante de Teología.

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