Cofrades Yihadistas

Cofrades Yihadistas. Probablemente al leer -y releer varias veces al efecto de la incredulidad- un título así, se sienta desubicado, incómodo y aún esté tratando de encontrar la coherencia. Pues bien, nada más lejos de la realidad.

La tristeza por la pérdida de uno de los edificios emblemáticos de la ciudad, que más que un simple edificio histórico se torna como símbolo de la Málaga que pretenden destruirnos a fuerza de piqueta, levanta una lucha constante que no está causando indiferencia.

Pese a que alguno que otro asegura que se trata del movimiento de «cuatro gatos», debemos ser algunos más cuando nuestra defensa escuece tanto como para erigir adjetivos descalificativos contra ella.

Los defensores del patrimonio somos los nuevos «yihadistas del conservacionismo«. Desde uno de los periódicos de la capital, Diario Sur, nos llega esta hermosa contradicción, como lluvia de primavera. Un oxímoron en toda regla desde el que se nos tacha como «detractores» que no dudamos en «lanzar insidias y comportamientos de dudosa legalidad» a quienes opinan diferente.

A quien firma dichas palabras habría que explicar, en primer lugar, que no insidiamos y mucho menos contra quien opine diferente; defendemos ante quienes pretenden destruir nuestro patrimonio, el cual conforma nuestra identidad como malagueños que somos -los mayores abanderados de la ciudad-.

De una sola sentada también se firma el hecho de que el Palacete de Strachan, «nunca ha simbolizado nada en Málaga» y «nunca había destacado por nada en concreto«, tan solo por ser un edificio decimonónico, de estilo malagueño, que fuera ordenado a construir por Isabel Loring Heredia -descendiente de las familias más destacadas de la industria malagueña y condesa de Benahavís-, por servir como palacete de los marqueses de Benahavís y por ejercer como posterior sede provisional del Gobierno Civil. Nada más y nada menos. Pero, por lo visto, ni relevante ni suficiente.

Se habla de inmovilismo y de frenar el desarrollo de la ciudad. No creo que defender uno de los más históricos edificios de Málaga, de cuantiosa riqueza arquitectónica aportada por uno de los mayores e ilustres arquitectos nacidos en ella, Eduardo Strachan Viana-Cárdenas, suponga frenar su progreso. Sino, más bien, preservarlo.

Quizá sea un delito amar a Málaga por encima de las especulaciones urbanísticas y no quererle robar su singular personalidad.

Viñeta de Luis Ruiz Padrón en referencia a «La Mundial».

Las ciudades inteligentes y comprometidas con su patrimonio, basan su desarrollo en la integridad de su propia cultura, no en deshacerla para inventar una nueva, impropia e impersonal. Y eso, es un problema real que acecha a Málaga, dura y tristemente, a mano de sus gobernantes. Vendidos a la «cuenta corriente del ego», como dejara escrito Guillermo Bustil en La Opinión de Málaga.

La Mundial, despojada de su protección integral y cubierta por una triste lona de color verde oscuro, es revestida en su fachada inferior con los carteles que claman su Salvación y cartas que lloran su demolición.

Aspecto de la fachada del edificio «La Mundial» en las últimas semanas. Fotografía: @torrevigiamlg

Desde las redes sociales se afianza el movimiento #SalvemosLaMundial; Edifeicios Málaga, Málaga Rec, Torre Vigía, Málaga Monumental, Historia de Málaga, Centro Antiguo Málaga, Barrios Abandonados… son algunas de las cuentas donde informarse ante la desinformación. Lo bonito de todo esto, es que -aunque algunos se apresuren a tacharte de extremista- da igual tu ideología política. Somos muchos y muy diversos los que nos preocupamos por la ciudad, lo demás no importa. Derechas o izquierdas. Cofrades o no.

Y es que eso de ser cofrades ni nos suma ni nos resta puntos, ni nos hace mayores «yihadistas» o anticuados «conservacionistas». Nos hace reales y especialmente vinculados a la ciudad, a la que mucho queremos y más aún debemos. Y esto, nuestra condición de cofrades, nos hace sentirlo muy cerca y, por tanto, sumarnos a la defensa patrimonial incluso cuando la piedra cae de nuestro propio tejado.

¿Es esto ser yihadista? Señor periodista, busque las diferencias entre «destruir» y «defender» y luego consuma el reparto de sus adjetivos.

Por cierto, que no os engañen, de verdad el Palacete es un edifico de gran valor patrimonial. El arquitecto Luis Ruiz Padrón, lo explicaba a golpe de click.

Además de esto, ¿sabes qué es un edificio de destacada referencia? En «Cuidades para el Siglo XXI» de TVE, lo mostraban.

Edificio actual de «La Mundial» frente al ensayo del edificio restaurado. Fotografía: @edifeicios

Fotografía de portada: David Varea.

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