La Esperanza de Triana con hombres de trono en 2017
¿Se imaginan qué ocurriría si este falso titular fuese cierto? (pongo en negritas y repito lo de falso para los despistados). Seguramente los comentarios en las redes sociales harían la noticia «tendencia», la página web de la hermandad sevillana se colapsaría, y en el Cabildo de Hermanos posiblemente los antidisturbios harían acto de presencia. Piensen ahora en un ejemplo a la inversa: trabajaderas en el trono del Cautivo ¿Lo ven factible? Con esto quiero advertir que entre ambas ciudades hay cuestiones que son innegociables, pero que en otros muchos ámbitos hay sinergias que se deben aprovechar para enriquecernos mutuamente.
El eje Sevilla – Málaga o Málaga-Sevilla, tanto monta, nació como un lobby empresarial a principios del 2015, y que pronto asumieron los alcaldes de ambas ciudades, Paco de la Torre y Juan Espadas. Esta altura de miras de ambos regidores, además de distinto signo político, deja en evidencia la miopía galopante de los anteriores con Celia Villalobos y Juan Ignacio Zoido a la cabeza.
La viabilidad del eje se fundamenta en que las inclinaciones del mismo no siempre se decanten hacia el mismo lado. Hasta el momento parecía que el eje tendía a inclinarse hacia la ribera del Guadalquivir. En Sevilla desean una parte del pastel del turismo, ya que la puerta de Andalucía no es el paso de Despeñaperros, sino se llama Aeropuerto Internacional Pablo Ruiz Picasso. También la oferta cultural de la capital malagueña supera ya a la hispalense y se ha hecho merecedora que el New York Time y el Financial Time se fijen y se paseen por sus calles, o sea declarada como la novena ciudad europea en calidad de vida, la primera española. No está mal que los turistas que visitan Málaga, también conozcan lo que las otras ciudades andaluzas le ofrecen, y podamos generar más riquezas para con nuestro vecinos, y aquí también tienen mucho que decir Córdoba y Granada.
¿Y esto que tiene que ver con la Semana Santa?, se preguntarán. Pues el pasado mes de mayo, las comisiones de trabajo de ambas ciudades empiezan a dar sus frutos en cuanto al ámbito cofrade. Una representación del Consejo de Hermandades de Sevilla visita San Julián y se celebran encuentros para la búsqueda de mejoras en sus respectivas Semana Santa, y todo lo que rodea a la misma: artesanía, economía, seguridad, cultura, patrimonio, etc. Aunque considero que la Semana Santa de Málaga es la mejor, entiendo que la de Sevilla tiene aspectos que podemos importar sin complejos, y no hablo de trabajaderas, velas rizadas y guiones al hombro. Me refiero al empleo de calidad asociado a la Semana Santa o a la cultura del nazareno, por poner solo dos ejemplos.
Es el momento de equilibrar el eje y la Semana Santa es un buen punto de inflexión, ya que la misma vertebra a ambas ciudades, e implica a un movimiento social de dimensiones significativas.