D.E.P. CARRETERÍA

Esta columna que ahora se publica fue escrita por un servidor allá por el mes de agosto, pocos días después de que se aprobara el nuevo Recorrido Oficial de la Semana Santa malagueña. Pueden Vds. hacer un acto de fe y creerme, o por el contrario pensar que «a toro pasado, todos somos Manolete». Ahora que la Semana Santa más rara que hemos vivido ha finalizado, y ya hemos «sufrido» con los interminables debates y balances en los medios, es el momento de sacarla del cajón. Aquélla, decía así:

Han firmado tu sentencia de muerte. Fariseos de tu ciudad, ególatras del traje oscuro con escudo chapado en la solapa, aspirantes a todo lo aspirable, negociantes del dinero común y ajeno, decidieron un nuevo recorrido oficial para nuestra Semana Santa, y con ello han firmado tu fallo condenatorio. Junto a ti, en la larga espera del patíbulo se colocan los abonados de las sillas, las hermandades del Perchel que no han salido para nada favorecidas con el nuevo recorrido, y también, por qué no decirlo, todos los malagueños. Cada una de las víctimas merecería un artículo, pero hoy me centro en tí.

Antigua calle San Francisco, por las cercanías del Convento franciscano de San Luis el Real (sede de numerosas hermandades), Carretería pasó de ser una excelsa calle comercial con numerosos edificios nobles de familias adineradas de principios del siglo XX, a un abandono total, en todos los sentidos, en los inicios de los años 2000. Administraciones, comerciantes y las propias familias le dieron la espalda. Sólo permanecía en el recuerdo de los niños que allí crecieron y que volvían al «barrio» por Semana Santa. Era el punto de encuentro de numerosas personas, que buscando una zona mejor para vivir decidieron marchar, y volvían cada primavera a reencontrarse con el incienso, el crujir del varal o simplemente rezarle al Cautivo a las cuatro de la madrugada y esperar a su madre de la Trinidad para que tampoco anduviera sola a esas horas.

En Cuaresma, y en Carretería, los niños hacíamos tronos y los sacábamos a la calle en nuestra particular Semana de Vísperas. Los tinglaos de las Penas, del Huerto, de Viñeros y hasta de Fusionadas eran de visita obligada y casi diaria. Mientras recorríamos los comercios en busca de un itinerario que no tuviéramos para la colección, levantábamos el toldo de alguno de ellos para ir verificando que los plazos se estaban cumpliendo: ya le han puesto el olivo al Huerto, o ya está en el Trono el Señor de Viñeros.

La «chusma» que durante años ha ocupado las aceras de Carretería al paso de las procesiones llegaban con sus bártulos cada tarde. Esta, aprovechando su medio kilómetro de longitud y la poca presencia policial, campaban y acampaban a sus anchas. Pero no nos olvidemos, que esta misma chusma irá en busca de la Legión a donde tenga que ir, y será maleducada en calle Cisneros o en calle Granada.

A simple vista, la mitad de las cofradías que discurrían por tan cofrade calle dejarán de hacerlo. Para algunas les será imposible, y otras aprovecharán la coyuntura para no pasar, teniendo la excusa perfecta; pero hay Cofradías que ya han dicho que sí pasaran y se confirmarán como las garantes de tu supervivencia. La Novia de Málaga te regalará una estampa de sol y la Virgen capuchinera del Gran Perdón bailará por malagueñas en tu Tribuna. Tribuna de los Pobres sí, pero con una belleza y una dignidad impropia de modernidades. Pronto se convertirá en un símbolo del patrimonio malagueño ante la amenaza de una reforma que a pocos convencen. Pollinica, Sangre, Viñeros, Piedad o Paloma tendrán su salida natural de sus sedes canónicas, y seguirán avanzando por esta calle torcida e inclinada que tanto cuesta y tanto gusta a los cofrades, aunque ya no haya almencinas, y apenas queden cokis, cañas de azúcar o limones cascarúos.

Queda ver si finalmente te dejarán morir. Espero y deseo que seas indultada. La rehabilitación comercial y patrimonial es evidente. Aunque discutible, el turismo residencial ha revitalizado la zona, y ya solo falta el empuje institucional con la semi peatonalización que se proyecta. La modificación de la Tribuna de los Pobres traerá cola pero Málaga va a recuperar esta calle, aunque no sepamos para qué o para quién. Pero, ¿lo hará también la Semana Santa?

Fotografía de portada: Onerom.

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