Delirio de Miércoles Santo bajo un submarino de mucho consuelo
Malagueño, tú que sueñas con tu Virgen de la Paloma alzando el vuelo sobre la Tribuna de los Pobres y con tu Nazareno Rico en Amor liberando a un arrepentido, puros sentimientos fusionados. Sueña, sueña bonito, que los sueños se cumplen.
Joven, tú que tanto anhelas volver a vestir esa túnica azul pavo con capa y cíngulo blanco acompañando a tu Señora Mediadora de la Salvación por Ancha del Carmen. Que en tu recuerdo siempre permanezca la trasera del trono del Redentor del Mundo que abraza a su cruz en un gesto tremendamente sencillo, austero, como tú al bastón que portas cada Miércoles Santo y que vislumbras tras tu capirote. Pronto revivirás esa escena y tus Sagrados Titulares pasearán majestuosos gracias al aliento de ese barrio tan malagueño.
A ti, que por primera vez ibas a vestir a tu pequeño de nazareno con esa faraona que marca el inicio de toda una intensa vida cofrade. La Hermandad Salesiana siempre tendrá sus puertas abiertas para recibir a ese niño que, por vez primera, iba a procesionar delante de tu Cristo de las Penas y de la Virgen del Auxilio. No desesperes, ese niño cumplirá con el rito familiar, caminará alegre en esa guardería capuchinera, guardará silencio en la fila nazarena y rezará en la Catedral, soportará el peso de la cruz clava en el gólgota sobre su hombro y volverá a ser lo que siempre fue, nazareno.
Un Miércoles Santo diferente, ya sentiste la ausencia de esa Cruz de Malta sobre tu pecho que posee tu túnica nazarena cuando tuviste que describir con tus propias palabras, micrófono en mano, esa salida de la procesión por las puertas del templo que acoge a tus imágenes Fusionadas. Pero hoy esa ausencia duele un poco más. Azotes y Columna por calle Nueva, Exaltación en la Tribuna de los Pobres, Ánimas de Ciegos por la plaza de la Constitución. Virgen del Mayor Dolor, en poco tiempo volverás a adentrarte en la Santa Iglesia Catedral. Ella es el broche de oro a todo un sinfín de colores, tronos, aromas y emociones que parten de San Juan en la tarde del Miércoles Santo.
Ahora no sabes bien qué hacer con ese billete de tren. Como cada año, volvías a tu ciudad natal en esta jornada de Miércoles Santo para verla, para reencontrarte con la devoción de tus padres. Esa casa de calle Carretería, en la que viviste toda tu infancia, quedará hoy vacía por primera vez un Miércoles Santo. La distancia hoy incomoda más que de costumbre. Esa Virgen de ojos verdes, a la que llaman Paloma, no visitará tu balcón, pero tú cruzarás ese puente imaginario que une miles de kilómetros para postrarte ante tu Señor. Jesús de la Puente del Cedrón, eres el camino más directo para llegar a los que no están y en los que tanto pensamos. Pero esas llaves de casa están bien custodiadas y preparadas para salir del cajón, viajar hasta Málaga y abrir las mismísimas puertas del cielo, para desde el balcón de la niñez ver a tu Cofradía transitar por la ciudad de tus sueños.
Ya estabas tachando los últimos días del calendario que culmina en ese día en el que el Nazareno te otorgara el bien más preciado, la libertad. Ya imaginabas ese primer día respirando la brisa marina de la ciudad. Nuestro Padre Jesús Nazareno y su Madre del Amor no podrán bajar por esa mágica calle Alcazabilla al son de cuidadas y clásicas piezas musicales para ir a tu ansiado encuentro. Antes de que puedas darte cuenta, abandonarás esa habitación de la que eres ahora preso, el Nazareno es infinitamente Rico en Amor. Cierra los ojos, el Nazareno cree firmemente en tu arrepentimiento.
Tú, que sueñas con navegar a tientas en un submarino malva que Consuele tus Lágrimas. Tú, que sabes lo que es sentir la fuerza de tu hermano de Sangre en el varal. Tú, que ya imaginabas a tu Señora a los pies de la torre sur de la Catedral. Tú, que sabes lo que es levantar la mirada y encontrar la suya. Sigue soñando, que esa lanza de la desilusión no atraviese jamás tu corazón. Sigue soñando, porque se hará realidad, y ese día entenderás que los sueños no fueron en vano. Continúa apretando los dientes para soportar como sabes ese peso que cada vez se acuentúa más. Tu Señora de Consolación y Lágrimas manda, Ella marca los tiempos, todo llega.
Que la noche no desordene tu sano juicio, y resiste. Tal vez, por tu delicado estado de salud inevitablemente a veces piensas que esa Expiración está cerca. Pero de repente emana esa imagen que te atrapa, esa Madre de los Dolores, curioso, Coronada por su pueblo fiel. Que en la noche del Miércoles Santo todos esos pensamientos vuelen lejos, porque estás imaginando a tu Cristo en ese momento en el que abandona el Perchel y a tu querida ‘Lola’ paseando triunfal por la imperial calle Marqués de Larios. Que esta noche sea para ti eterna y guarda esos recuerdos como si de una fortuna se tratase, recurre a ellos para hacer tu vida más llevadera. Pronto todo estará en orden, Ellos se encargarán, abandonarás ese hospital y te sentarás de nuevo a esperar a tu Archicofradía en el Puente de Tetuán. Sigue tarareando esa melodía de ‘Música para una Madre’, intercederá por ti.
Cada uno con sus circunstancias. Vivencias propias de la Semana Santa de Málaga, capaz de unir todas estas historias y crear vínculos inimaginables. Algunos lo llaman magia, casualidad, destino, otros fe, devoción. La semana llega a su recta final, no te despistes, aún queda mucho por sentir.