Noviembre Solemne en Málaga (I): Fieles Difuntos
El silencio corta el aire, el recuerdo por los que ya gozan de la vida plena nos embarga, el undécimo mes comienza con tintes nostálgicos y sentida oración
Desde el corazón del barrio perchelero hasta la cima del Monte Calvario. Los distintos templos de la ciudad malacitana acogieron distintos cultos y actos extraordinarios en torno a las festividades de Todos los Santos y los Fieles Difuntos.
Ante la Pérdida
“Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera” (Mt. 11, 28-30). Y María sencilla, aguardando y acogiendo a todos sus fieles, al igual que coge a su pequeño en la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen.
El Rosario de Ánimas de la Virgen del Carmen Coronada se realizó de forma claustral, a oscuras, con la simple iluminación de las seis velas dispuestas en sus andas. Humilde hábito carmelita, corona plateada y de fondo sones de capilla musical de la Banda de Nuestra Señora de la Paz. El silencio, la oración y el recuerdo por los que ya no están inundaban una de las parroquias con más solera de la ciudad.
‘Carmen’ rezaba en su pecho. Fran Gil, sorprendido por la cercanía de la Señora, jugó con el rostro de la Virgen enmarcado en un elegante tocado plisado en tonos tostados. Y en la mano derecha, la Señora portaba el escapulario carmelita en la capilla de San Antonio María Claret, por todos sus vecinos, que sienten a su Virgen del Carmen en lo más profundo de su alma.
Carta de Despedida
“El viento cesó y vino una gran calma. Él les dijo: «¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?»” (Mc, 35-41). El temor desaparece en un lugar malagueño con encanto, el Monte Calvario. Ese espacio en el que la naturaleza siempre viva arropa al Cristo Yacente de la Paz y la Unidad en su Ermita, la Madre del Monte Calvario es faro y guía desde lo más alto de la ciudad.
La corporación del Viernes Santo dispuso un altar extraordinario, en todos los sentidos, para el culto por el L aniversario del Santísimo Cristo Yacente de la Paz y la Unidad en su Sagrada Mortaja. La simbología elevada a su máxima expresión. La Virgen del Monte Calvario y San Juan Evangelista, ataviados con exquisito gusto, perfilaban la escena.
Miguel Fernández, abrumado frente al altar sabía que ningún elemento era meramente decorativo, todo tenía su porqué, en lugar y forma. Y como arista principal el Señor, recostado de forma delicada sobre cuatro ángeles que lo elevaban aún más al cielo malagueño.
Y la urna se hizo presente en el acto de veneración al Santísimo Cristo, que descendió para ser contemplado en todo su esplendor, dejando su lugar privilegiado a la Madre, consolada por San Juan Evangelista. Espléndido altar en el que entraban en juego los cinco sentidos, la vista a través de los objetos de vidrio, muerte que evoca al silencio, variadas telas y ropajes, flores marchitas y la granada en alusión a la unión de la comunidad cristiana.
Probablemente Dani Astorga no reparase en ese conjunto de detalles inspirado en el género artístico de la vanitas. Él centró su mirada en los titulares, sin olvidar a la imponente Virgen de Fe y Consuelo que evocaba la iconografía de la Virgen de la Soledad difundida por los Frailes Mínimos de San Francisco de Paula en España.
Los hermanos de las Reales Cofradías Fusionadas probablemente no olviden la estampa que se pudo contemplar en la Iglesia de San Juan Bautista durante los primeros días de noviembre. La mayordomía del Cristo de Ánimas de Ciegos celebraba culto en honor a su Sagrado Titular en el altar mayor del templo, acompañado en esta ocasión por su Madre del Mayor Dolor, ataviada de luto, y San Juan Evangelista.
Las telas negras aportaron la solemnidad y elegancia al altar. La Virgen del Mayor Dolor, con un resplandor plateado y el corazón traspasado sobre su pecho, sujetaba la corona de espinas que le fue impuesta al Señor en vida. El Cristo de Ánimas de Ciegos, abatido, se alzó como nunca en San Juan, y todos buscaron su inerte rostro. Miguel Fernández rezó, a su particular manera, e inmortalizó la bella escena.
Mensaje de vida
“Mientras que nos arda el corazón, Jesús está presente y queda entre nosotros. Entonces comprendimos que la muerte no es la última palabra de Dios sobre sus criaturas” (Lc. 24, 13-35). Siempre sale el Sol, y brilla con especial fuerza en aquel rincón de la Iglesia de San Lázaro en el barrio de la Victoria.
Nuestra Señora del Sol fue ataviada de forma original para su veneración por Juan Manuel Sánchez Quiñones, bajo inspiración de una pintura de la Virgen de los Negritos. De fondo, el Grupo Parroquial dispuso la cruz con el sudario y las escaleras. La Virgen del Sol recibió las oraciones y plegarias de sus fieles devotos.
Sobrecogedora estampa de una mujer que lloraba la pérdida de su hijo, y de la que brotó en su interior la Esperanza. Miguel Fernández se reencontró con su Madre, en soledad y silencio. Noviembre siempre tiene esos tintes fúnebres y de recogimiento que terminan en la buena nueva de diciembre.
Que tu Vida cuente
“Todo tiene su tiempo y su momento, todas las tareas bajo el sol:
tiempo de nacer, tiempo de morir;
tiempo de plantar, tiempo de arrancar lo plantado;
tiempo de llorar y tiempo de reír;
tiempo de hacer duelo y tiempo de bailar;
tiempo de rasgar y tiempo de coser;
tiempo de guerra y tiempo de paz” (Libro de Eclesiastés, 3, 1-13).
Los hermanos de la Hermandad de la Salutación sabían que era tiempo de venerar a María Santísima del Patrocinio, Reina de los Cielos en la Iglesia de San Felipe Neri.
La Santísima Virgen estrenó para la ocasión saya morada asimétrica, diseñada y realizada por Salvador Oliver y donada por el hermano Gonzalo Conde. La capilla musical de la función principal corrió a cargo de la Escolanía Pueri Cantores de la Hermandad Jesús Nazareno de Almogía. A la finalización, la Hermandad de la Salutación designó a Manuel Toledano y Rocío Toledano como pintor y presentadora del paño de la Verónica del 2021, respectivamente.
Noelia García visitó a la Virgen del Patrocinio en sus días grandes. Las flores rosas Patrocinio y las velas enaltecían a la Madre de Dios. La joven fijó su mirada en la sombra de la Virgen proyectada en el dosel rojo, en sus manos abiertas que portaban pañuelo y rosario, en su tocado suelto y delicado, en definitiva, en la grandeza absoluta de la Reina de los Cielos, María Santísima del Patrocinio.
Sigamos viviendo
“Al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo: Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra” (Mt, 5, 1-12). Y desde la Santa Iglesia Catedral de Málaga, el Cristo Coronado de Espinas, sereno y paciente, acompañado de la Virgen de Gracia y Esperanza, dictó sus bienaventuranzas para todos los malagueños.
La Cofradía de los Estudiantes pudo celebrar su acto principal por su LXXV aniversario. El obispo de la Diócesis, Jesús Catalá, presidió la Santa Misa, que pudo seguirse por las redes sociales de la corporación debido al aforo limitado del primer templo malacitano.
En el presbiterio se ubicaron ambas imágenes, Nuestra Señora de Gracia y Esperanza estrenó un broche con el escudo de la Cofradía en plata sobredorada realizado por Manuel Fenoll y donado por hermanos. En el variado exorno floral destacaron los tonos rojos para el Cristo y blancos para la Virgen.
Dani Astorga se colocó tras sus veneradas imágenes, quiso seguir sus pasos y rodear por completo el templo, observando a los Sagrados Titulares desde todos los ángulos posibles y recreándose en la histórica estampa. Por primera vez las dos imágenes estaban juntas en la Santa Iglesia Catedral. Historia que nos deja este noviembre, que se marcha sin hacer ruido.
Para saber más sobre la festividad de Todos los Santos y Fieles difuntos puede consultar la página web de Escuelas Católicas. Gracias a este recurso, Palio de Plata explica los detalles de estas jornadas con mayor profundidad y análisis.
Este artículo es la primera parte de la bilogía Noviembre Solemne en Málaga.
Noviembre Solemne en Málaga (II): Cristo Rey