Parroquia de la Divina Pastora: punto de historia y devoción que renace en su esplendor

Después de más de ocho meses de restauración, la Parroquia de la Divina Pastora y Santa Teresa de Jesús vuelve a abrir las que son las puertas del barrio capuchinero.

HISTORIA

Este templo parroquial de la Divina Pastora es una de las edificaciones religiosas con mayor historia en nuestra ciudad, en uno de los barrios históricos de Málaga. En 1632 se edifica en la Plaza de Capuchinos el convento de los frailes capuchinos y amplian la ermita ya existente dedicada a Santa Brígida, para lo que solicitan al Obispado su cesión. En 1701 se inicia la Venerable Orden Tercera de San Francisco bajo el mismo templo.

Plaza de Capuchinos, convento y ermita. Fotografía del archivo de la Congregación de la Divina Pastora.

Fue el beato capuchino fray Diego José de Cádiz quien fundó la Congregación de la Divina Pastora en 1771, siendo extendida su devoción en Málaga en el nuevo convento bajo los capuchinos.

En 1835 el Gobierno expropia el convento y los frailes deben marcharse, a excepción del fraile José de Vélez, quien siguió dando culto a la Divina Pastora mediante la fundación de las congregaciones de San Félix de Cantalicio y de la Santas Justas y Rufina. Más tarde, en 1889, sería ocupado por las monjas clarisas, manteniendo por tanto el cuidado del templo y de la Divina Pastora.

Según las crónicas, fue durante la República que existió el intento de demoler la Iglesia; los republicanos del barrio de Capuchinos se opusieron porque dentro estaba su Patrona.

Durante la Guerra Civil, y a diferencia de muchas de las edificaciones religiosas de la ciudad, este templo no tuvo que lamentar ningún destrozo al encontrarse situado junto al cuartel de la Plaza de Capuchinos; y aunque se interrumpen las manifestaciones religiosas en honor de la Pastora malagueña, se conservó su talla; al igual que una valiosísima colección de obras barrocas.

Fotografía más antigua conservada de la Divina Pastora de Málaga, realizada entre 1893 y 1907. Archivo de la Congregación.

Es en 1950 cuando el Obispo Ángel Herrera Oria decide erigir en la Iglesia conventual hasta el momento, la Parroquia de Santa Teresa, inaugurada así el 6 de enero de 1951. La imagen de la Divina Pastora de las Almas se convirtió en titular principal de la Parroquia; de tal modo que, en 1970 y por petición de sus feligreses, le fue otorgado el título de Iglesia Parroquial de la Divina Pastora y Santa Teresa de Jesús por el Obispo Ángel Suquía; tal y como perdura hasta nuestros días.

A lo largo de la historia, este templo capuchinero ha sido templo devocional de la ciudad albergando a día de hoy un total de dos Cofradías de Pasión (Prendimiento y Dulce Nombre), una Hermandad de Gloria (Divina Pastora), una Hermandad romera (Alegría) y un Grupo Parroquial (Dolores).

REHABILITACIÓN Y RESTAURACIÓN

El templo ha sido reparado en diversas ocasiones, concretamene en 2006 y 2014 cuando fueron restauradas la fachada principal y reparada la cubierta y tejados, respectivamente. Fue el pasado año, 2017, cuando se decide rehabilitar el interior de dicho templo y actuar no solo en su estructura, sino tanto en la valiosa imagineria como en el patrimonio que atesora.

Pintura aparecidas en el interior del templo. «Ecce beatificamus eos qui sustinuerunt», «Aquí honramos a aquellos que perseveraron». Fotografía: red social de la Congregación.

Tras estas últimas obras ejecutadas han sido descubiertas pinturas del siglo XVIII en las bóvedas y gran parte del interior del templo, la cuales hasta el momento habían permanecido ocultas por capas de cal. De este modo, se recupera un templo caracterizado por singularidades artísticas y arquitectónicas; siendo el único en su género de los edificios de la capital que posee este tipo de decoración barroca.

Estos trabajos han sido llevados a cabo por la Oficina de Rehabilitación Urbana del Ayuntamiento, en coordinación con el Obispado de Málaga. Algunas de las intervenciones a destacar han sido el nuevo pavimento de mármol aplicado, la reparación de todos los camarines situados junto al convento de las monjas clarisas y la apertura en uno de ellos de las ventanas laterales originales que dan luz natural al interior.

Del mismo modo, ha sido sustituida la solería que deja al descubierto la estructura muraria de la primitiva ermita de Santa Brígida, ocupando parte de la actual nave del Evangelio y claustro, además de ser encontrada la cripta de enterramientos.

Referente a la importante imaginería barroca albergada en su interior, hablamos de los restauradores Francisco Naranjo y María de los Ángeles Mulero, encargados de reparar cada una de ellas, con el patrocinio de Fundación Málaga, obras que hasta la apertura del templo han sido expuestas para su admiración en el Palacio Episcopal ArsMálaga.

Ademas de esto, encontraremos en el templo la nueva imagen de Santa Teresa de Jesús, llevada a cabo por el imaginero malagueño Juan Vega. Esta imagen viene a sustituir la anterior de la Santa, la cual ocupaba el retablo mayor de la Iglesia sin suponer una suficiente calidad artística acorde con el resto del templo.

A destacar también es la nueva imagen de Santa Clara, sustituyendo por el mimo motivo la anterior imagen ya existente. Procede de la capilla de las monjas clarisas y ha sido adaptada para lograr su acertada disposición en la Iglesia.

Imagen de Santa Teresa de Jesús, obra de Juan Vega. Fotografía: red social de Juan Vega.

Desde el pasado cuatro de mayo -y ya hoy con todas las Hermandades en su interior- esta Iglesia, cielo del barrio de Capuchinos, reabre sus puertas en todo su esplendor para la admiración y devoción del malagueño que ya susurra de nuevo sus rezos dentro del templo capuchinero.

Fotografía de portada: Twitter de la Congregación.

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