Hermano de la hermandad de Zamarrilla.
Se acabó lo que apenas pudo empezar.
Los cofrades dan carpetazo a la que ha sido la peor Semana Santa de la historia, y no solo por lo referente a la lluvia.
Ha sido una semana que parecía que no tenía fin, mucha gente no le encontraba el final a algo que amenazaba desde el principio a no comenzar. Desde el Domingo de Ramos las cosas se empezaron a torcer, y desde ese momento fuimos cuesta abajo y sin frenos. Cuando pensábamos que se quedaría en anécdota curiosa lo acaecido en dicha jornada, llegó el mazazo del Lunes Santo. Solo pudimos disfrutar de dos de las seis corporaciones que tenían previsto desfilar por las calles de Málaga.
El Martes Santo brilló el sol, y con esa luz se volvió a prender la llama de la ilusión dentro de los corazones de todos los cofrades que estaban deseosos de ver a sus titulares procesionar. Fue la mejor jornada de todas, la única con todas las hermandades desfilando por el recorrido oficial, aunque algunas cofradías como Nueva Esperanza se vieron sorprendidas en sus últimos metros antes del encierro por la lluvia.
El segundo golpe bajo de la semana no se hizo esperar y llegaría el Miércoles Santo. El día de las históricas nos acogería con un carrusel de comunicados oficiales por parte de todas las hermandades anunciando su suspensión, o cambios drásticos en sus recorridos. Ese día ya se notaron la desilusión y las ganas de acabar con esto en las caras de los cofrades malacitanos que, aun así, seguían llenando las casas hermandad de las distintas corporaciones. Mostrando su apoyo a sus integrantes y venerando las imágenes.
El Jueves Santo sería la segunda mejor jornada de la semana. Los malagueños pudieron disfrutar de seis hermandades en la calle, pero tuvieron que seguir lamentando ausencias tras la suspensión de las procesiones de la hermandad de Zamarrilla y la cofradía perchelera de la Misericordia. Por su parte, el Viernes Santo fue un conjunto de todo lo anterior. Las cuatro primeras corporaciones del día se echaron a la calle, pero tuvieron que cambiar radicalmente sus recorridos de vuelta para llegar antes de que comenzase la lluvia. Mientras que las cuatro hermandades que conforman la segunda mitad del día suspendían sus estaciones de penitencia.
De esta forma, y sin que el Resucitado pudiera recorrer las calles de Málaga, se da carpetazo a la peor Semana Santa que se recuerda en Málaga. Esa Semana Santa que será recordada por la falta de tronos en la calle y por conductas vistas por cofrades principiantes, y algunos no tan nuevos en este mundo, que hacen replantearnos si de verdad estamos promocionando de forma correcta nuestra semana grande y si las generaciones venideras sabrán llevar por el cauce apropiado la Semana Santa.