Toda la Victoria unida por su amor a la Caridad
La cofradía del Amor, con su queridísima Virgen de la Caridad por bandera, junto con todo el barrio de la Victoria hicieron de la extraordinaria por el centenario de la hermandad una jornada histórica para todo el mundo cofrade malacitano
Confieso que, tras lo vivido el sábado, he estado echando la vista atrás e intentando asimilar todo lo transcurrido. Y, tras intentar encontrar los mejores adjetivos para describirlo, créanme cuando les digo que si hago el intento de calificar la extraordinaria de la Virgen de la Caridad, lo único que consigo es quedarme corto y limitarla.
Se hizo notar al pasar… y de qué manera
Desde que la imagen hizo acto de presencia por el portón del patio del colegio de Los Maristas, Fue un no parar de elogios y muestras de respeto hacia la Caridad. La imagen que reside en el santuario de la patrona se presentó de manera exquisita, siendo un gusto para la vista y los sentidos. Lució esplendorosa en el trono de Nuestra Señora de la Victoria, titular mariana de la cofradía de la Pollinica de Archidona.
Dicho trono, con un palio de malla dorado que era un deleite para los ojos, gozaba de un sonido propio sacado del mismo cielo haciendo acto de presencia en cada mecida. Todo este conjunto sumado al manto de la propia Caridad, con una caída poco usual, recordaban a las fotografías y cartulinas de años ya lejanos. Con toda la candelería encendida y con toda su luz propia, la titular victoriana fue siguiendo su recorrido de forma elegante. Las calles se hacían pequeñas a su paso, las curvas más cerradas y estrechas, que se antojaban imposibles para un trono de esa magnitud, parecían abrirse al paso de la virgen y sus hombres de trono, que sabían que con amor todo es posible.
Todo por la Caridad
Pero si todo el cortejo, y sobre todo la virgen, estuvieron de sobresaliente, el barrio de la Victoria estuvo, como mínimo, a la altura. El barrio entero era un hervidero de gente. Desde los que elegían posicionarse en una calle desde mucho tiempo antes para ver en primera fila a la Caridad, hasta los que iban acompañando el cortejo por todo su recorrido.
Todo estaba preparado con mucho mimo para que no fallara nada. Todo para que cuando el trono de la Virgen asomara, no hiciera otra cosa que ver balcones y calles adornadas para ella. Daba igual de qué manera, en forma de saeta, de marcha dedicada a la titular, en forma de pétalo caído del cielo o con una guitarra en mano y una voz al compás de sevillanas. Lo que todo el barrio de la Victoria quería dejar patente el sábado es que a la Caridad se la quiere como lo que es, la madre de un barrio.
Entre infinitos aplausos y petaladas llegaría el trono al santuario. Donde se cerró un capítulo histórico para la hermandad del Amor, que ya ha empezado a escribir la siguiente página de su historia con la vista puesta en la salida extraordinaria de su titular cristífero en 2024.