Enseñar para amar
Los docentes Sergio Lanzas, Dolores Vargas, Miguel Cristóbal Rueda y Cristina Ortega debaten sobre la educación en las aulas del universo cofrade
El conocimiento del mundo que nos rodea es fundamental para poder amarlo y cuidarlo. Es una de las premisas que quedó clara en la primera conferencia de la segunda edición de ‘Pollinica. Punto de encuentro’, celebrada este martes en la casa hermandad de la corporación del Domingo de Ramos. Los docentes Sergio Lanzas, Dolores Vargas, Miguel Cristóbal Rueda y Cristina Ortega charlaron junto a Francisco Triviño, vocal de formación de la Cofradía de Pollinica, sobre la relación existente entre los ámbitos de la enseñanza y el cofrade.
“Para amar algo, hay que conocerlo, y los docentes además debemos tener en cuenta que hay realidades y centros muy distintos que siempre nos sorprenden”, expresó Vargas. Aunque es cierto que muchas veces el mismo contexto del centro ayuda a esa enseñanza cofrade. “Yo he dado clase a alumnos en el Puerto de la Torre y horas después estábamos limpiando plata en la casa hermandad de los Dolores. Cambiábamos los roles de profesor y alumnos a hermanos”, comentó Sergio Lanzas.
Por su parte, Cristina Ortega, profesora de Religión, cuenta con el hándicap de enseñar a niños muy pequeños y además estar con ellos apenas hora y media a la semana. “Suelo trabajar con ellos de forma muy visual a través de una Biblia que tenía de pequeña. Después les pongo imágenes de nuestra Semana Santa que vean reflejado lo que vimos antes”, contó. “Cuando toca explicar la clase de la pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo les encanta, ni parpadean. Así que es una cuestión que interesa”, matizó Ortega.
“Los maestros cofrades muchas veces pensamos que tenemos esa responsabilidad añadida de enseñarles lo que sentimos a través de la Semana Santa. Me pasa a mí y soy profe de Educación Física”, expresó Miguel Cristóbal Rueda. Aunque todos coincidieron en comenzar desde lo más básico. “Muchos niños no conocen ni la propia ciudad en la que viven, les mencionas calle Nueva y no saben ubicarse, y en ocasiones adentrarlos en el mundo cofrade es complicado por la desafección que tienen por puro desconocimiento. Yo apostaría por dedicar un día a ello en los centros escolares en Andalucía, como se hace con el flamenco. Al fin y al cabo, es algo que nos identifica como territorio”, sentenció Lanzas.
“Por eso es necesario también que las cofradías se acerquen a los centros a través, por ejemplo, de sus grupos jóvenes. Que les enseñen en unas relaciones de iguales, de tú a tú”, propuso Rueda. “También apostaría por divulgar la labor social de las cofradías de Málaga, que es muy importante”, apuntó Vargas.
Queda todo un mundo por recorrer aún, y cada docente cuenta con su método, que se va adecuando a la realidad social del aula que le toca en cada curso escolar, aunque hay obstáculos que siempre se repiten. “Al trabajar con niños pequeños, si no existe tradición familiar, es muy difícil que se introduzcan en el ámbito cofrade, porque no puedo pedirles que salgan a la calle a descubrir las cofradías por ellos mismos”, comentó Cristina Ortega. Aunque para esto, siempre existen soluciones creativas. “El año pasado, en el cole de la Cala de Mijas, montamos una exposición de tronitos, y con eso la semilla quedó plantada. Lo hicimos no como parte de una festividad católica, sino como parte de la cultura andaluza que es”, explicó la profesora de Religión.
Con respeto, a los propios alumnos y a la tradición, los docentes afrontan la tarea de acercar la Semana Santa, su pasión, a los cofrades del presente y del futuro, con el reto de ser creativos, incluir las nuevas tecnologías y no desarraigándose de la tradición que les trajo hasta aquí. Y es que hay que conocer lo que se ama para cuidarlo y protegerlo.