14 años y parece que fue ayer
Eran las trece horas y tres minutos del 21 de octubre del año jubilar de 2000. Un día como hoy pero diferente al de hoy. El cielo era más malva, las aves cantaban alborotadas, presintiendo que algo hermoso iba a ocurrir. Los rayos del sol saludaban tímidamente a su Reina, los ángeles se hacían presente en las manos del Excelentísimo y Reverendísimo Señor Obispo de la Diócesis de Málaga; Antonio Dorado Soto. La corona que él portaba en sus manos solo era un símbolo tangible de algo que toda la ciudad ya sabía: María Santísima de la Trinidad era la Reina indiscutible de los corazones malagueños.
Hoy, hace ochenta años desde aquel 21 de octubre de 1934 cuando la primera imagen de María Santísima de la Trinidad fue bendecida y se quedó a vivir entre nosotros la Trinidad encinta de la luz más bella y pura que pudiéramos imaginar. Y también se cumplen 14 años que Málaga coronó con aurora de Trinidad bendita, a una Virgen encinta del hijo de Dios Cautivo de amor en su vientre.
Un vientre convertido en santuario tan preciado y hermoso, que Málaga entera decidió postrar la luna a sus pies y coronar sus sienes con doce estrellas de fino oro donado por sus cofrades y vecinos.
El gozo se derramo vertiginosamente en la procesión gloriosa de regreso a su barrio, recibiendo el cariño y agradecimiento de toda Málaga, de todos los devotos que día a día la convierten en su consuelo, porque el paño de la Señora de la Trinidad enjuga todas las lágrimas vertidas por las penas de sus devotos. Ella les reconforta, les da su aliento y como el fuego del espíritu santo, ella es paráclito de todos los cristianos que acuden a ella cautivos de sus pesares.
Eran las trece horas y tres minutos del 21 de octubre del año jubilar de 2000, el cielo era más malva…