Ilusión por diciembre (III): Stella Maris
Se nos escapa otro año más, que no un año cualquiera. Un 2020 en el que María tendió su mano más humana y cercana. Corrieron tiempos mejores, pero Ella se acerca a los malagueños y muy pronto le lloverán pétalos desde los engalanados balcones
María regresa a casa por Navidad. Las iglesias de Santiago Apóstol y San Felipe Neri recibieron a sus Sagradas Imágenes del Rosario y Dolores en su Amparo y Misericordia relucientes tras sus respectivas intervenciones. Los barrios de Capuchinos y la Trinidad veneraron a la Divina Pastora y a María Santísima de la Salud en unas jornadas muy emotivas al calor de las velas y arropadas por el verde Esperanza.
Pero diciembre ha brillado de forma singular. Al ocultarse el sol, las Estrellas del firmamento dibujaron un camino hacia la Parroquia de Santo Domingo, donde de forma extraordinaria, María Santísima celebraba un aniversario muy especial.
Reina del Santísimo Rosario
Los hermanos de la Sentencia recibieron con júbilo a María Santísima del Rosario en sus Misterios Dolorosos, que volvió reluciente tras el proceso de limpieza y conservación llevado a cabo por el artista Francisco Naranjo Beltrán. Para su reposición al culto la Virgen lució un manto verde liso y saya rosa bordada.
Virgen ataviada con un fajín hebrero anudado en su cintura y un tocado suelto para apreciar con toda claridad la bella Virgen del Rosario que portaba pendientes de color coral. Con el Señor de la Sentencia arriba y San Juan Evangelista siempre presentes, la Madre de los hermanos de la corporación del Martes Santo recibió el cariño de todos sus devotos después de varios días de ausencia.
La capilla abrió sus rejas para contemplar a la Reina del Santísimo Rosario. Dani Astorga se dejó envolver por esas dos grandes telas rojas que arropaban a los Sagrados Titulares, esos grandes cirios rojos, y los dos enormes centros de flores. María Santísima estaba en casa, regresó, y por eso, su semblante esbozaba una leve y tímida sonrisa a pesar de las dos lágrimas que caen por sus mejillas.
Madre de la Misericordia
Amparo y Misericordia en los Dolores de los hermanos de la Santa Cruz. La Titular Mariana volvió tras las labores de restauración y limpieza realizadas por Antonio Dubé Herdugo. A los pies del Santísimo Cristo de la Victoria, Nuestra Señora de los Dolores en su Amparo y Misericordia lució una nueva saya donada por las camareras de la hermandad y realizada por Joaquín Salcedo.
La Parroquia de San Felipe Neri de nuevo acoge a todas las Sagradas Imágenes que allí residen. Virgen resignada de ojos vidriosos por el amargo llanto. Un elegante manto oscuro cubría a la Dolorosa que se posó sobre un friso de flores blancas y amarillas. De nuevo se marcan sus rasgos y sus pómulos sonrojados.
La sombra de las pestañas sobre su rostro acentuaba aún más la tristeza de una Madre que ve a su Hijo crucificado. Noelia García sintió el ensordecedor grito del silencio ante la Virgen de los Dolores en su Amparo y Misericordia. La Dolorosa aumenta en sobriedad, pero sin restar en dulzura, es Madre de la Misericordia. Ya algo cansada, la Virgen mira sus propias manos, esas mismas que mecieron en un lejano diciembre al Niño Jesús en Belén.
Arca de la Alianza
Divina Pastora de las Almas capuchineras. Patrona de un barrio que vivió cerca de sus fieles el fin de semana previo a la Natividad del Señor. Con uno de los vestidos más antiguos que posee la Virgen, confeccionado con un brocado en oro sobre seda estampada burdeos y un manto verde bordado en oro y plata en 2015, se posó en el bendito suelo capuchinero.
La devocional imagen de la Divina Pastora estrenó unas solapas bordadas en oro y sedas sobre raso blanco del siglo XIX, un lazo para la cintura y la mejora de un antiguo sombrero con encajes de hilo de plata fina y flores de talco doradas. Las rosas y los girasoles, símbolo de la fecundidad de María, escoltaban a la Virgen. Arca de la Alianza que resplandecía como el sol de la mañana.
Francisco Hinojosa ya sueña con ver a su Madre Coronada, la dulce espera se hace más amena con la Señora extendiendo su mano derecha a los fieles. Broche dorado como el dosel y las columnas que sostenían las jarras con flores. Enorme peana plateada al igual que el cayado sobre el que descansaba un ramo de rosas liofilizadas. Divina Pastora que ya aguarda, con la ilusión propia de este mes de diciembre, la llegada de un nuevo año.
Salud de los Enfermos
Salud para los más necesitados. Salud en tiempos de pandemia. Fuente inagotable que en la Iglesia de San Pablo emana siempre agua bendita repleta de Esperanza y de Gran Amor. La Hermandad de la Salud participaba en la segunda gran recogida de alimentos de este año, y su Madre trinitaria bajó de su camarín para recibir la devoción y oraciones de sus fieles.
De Reina, ataviada con una hermosa toca de sobremanto, bajo su grandiosa corona, la guapa Virgen de la Salud enmarcada por un rostrillo también con apliques dorados vistió de color verde. Verde sereno, verde armonioso, verde Esperanza. Sus ojos reflejaban la luz proyectada por las velas encendidas, fuego de auténtica vida. Nunca la Madre trinitaria del Domingo de Ramos escuchó tanto su advocación en forma de súplica. Salud madre, siempre Salud, Salud de los Enfermos.
Virgen que enmudece en las distancias cortas y hace que el corazón palpite a mayor velocidad. Noelia García, entre pascueros navideños, temblaba al aplicar el zoom de su cámara fotográfica en el rostro de la Señora. Esos ojos penetraron en lo más profundo de la joven, que irremediablemente, como tantos otros vecinos, susurraron su nombre al despedirse tímidamente por la puerta de la Iglesia de San Pablo, Salud.
Estrella de la Mañana
Festividad dominica. María Santísima de la Estrella celebró su LXXV aniversario con una veneración extraordinaria durante todo el mes en la que recibió el cariño y ofrendas florales de aquellos que ven en la Señora su Estrella y guía en la vida. La Hermandad de la Humillación vistió a la Dolorosa con un manto bordado azul Estrella junto a un fino y elegante tocado traspasado por un magnífico puñal, a su vez rematado por unas estrellas blancas y plateadas.
La variedad cromática que poseía el altar dispuesto por la Hermandad de la Humillación para venerar a su Madre de la Estrella no pasó desapercibida para Dani Astorga. El rojo intenso de los fajín, los faldones, paños, y pascueros hacía resaltar más el azul Estrella y el dorado de su ajuar.
Miguel Fernández pensó que su Hijo de la Humillación y Perdón agachaba su cabeza para ver a su Madre en todo su esplendor. Él, con su túnica blanca, arropaba a una Virgen que recibía la estrellada y brillante mirada de aquellos que han vivido parte de los 75 años que cumplió la radiante Dolorosa.
Todo tiene un principio y un fin. La cruz repleta de joyas celestes que remataba la corona era claro ejemplo de ello, algunos imaginaban que era el comienzo de una salvación para la vida, otros ven en esa misma cruz el final de un trágico sufrimiento por el que tuvo que pasar aquel que en estas fechas recibe la visita de sus Majestades de Oriente, postrándose ante Él y depositando oro, incienso y mirra.
Pedro Duarte también ofreció todo su amor a la Virgen de la Estrella en su particular felicitación cuando visitó la Parroquia de Santo Domingo. La Estrella del Perchel alumbró los últimos días del 2020 para hacerlos más llevaderos, repartiendo Esperanza, Amparo, Salud, Amor y curando ese Mayor Dolor o esa Soledad que a muchos les ha invadido durante estos meses de lucha.
La Virgen estará, la veneración continuará, la ilusión por diciembre no se pierde y se mantendrá con más fuerza que nunca. En el próximo 2021 Ella intercederá por nosotros, será la Estrella de la Mañana y la luz en nuestras noches más oscuras.
Esta es la tercera parte de la trilogía ‘Ilusión por diciembre’:
Ilusión por diciembre (I): Sine Labe Concepta
Ilusión por diciembre (II): Spes Nostra Salve