Más allá de lo extraordinario
En estos tiempos debemos saber apreciar los momentos especiales en las esquinas y vivencias de siempre
Entre una salida extraordinaria y las vísperas de las salidas de Imágenes Marianas para rosarios de la aurora y vespertinos, las noticias de nuevas salidas extraordinarias para el año siguiente continúan copando la actualidad cofrade mientras un nuevo presidente de la Agrupación de Cofradías toma posesión en San Julián. Ahora todo el año se es cofrade y todo el año parece que se viven cosas extraordinarias.
Cierto es que los medios de comunicación, Internet y las redes sociales nos informan y nos acercan la realidad que durante años se sucedía y de la que nadie era consciente. Atrás quedaron esos Rosarios de la Aurora en los que solamente los hermanos sabían que se ponían en la calle y te encontrabas a las Sagradas Imágenes por sorpresa. Todo se anuncia, todo se comunica y todo se prepara. Se ha avanzado mucho en esta cuestión, y es positivo.
Pero tampoco podemos negar que han proliferado las salidas extraordinarias. Cuando se trata de la devoción de cada uno es una ocasión especial, única e irrepetible, pero el cofrade asiste ya a las salidas extraordinarias de manera rutinaria, y eso quizás sí es un problema. La Cofradía del Amor y la Caridad ha demostrado que no todo es la salida procesional, viviendo un triduo itinerario extraordinario preparado y organizado con sumo gusto y acercando su devoción Mariana a distintos puntos de la ciudad y hasta a los más pequeños, y eso sí que es extraordinario.
Está en nosotros saber encontrar esos momentos extraordinarios en lo ordinario, en el momento el Domingo de Ramos al que nos negamos no vivir con nuestras familias, a nuestras tradiciones que conservamos año tras año con las personas que más queremos. La Semana Santa puede ser la misma 365 días después, pero nosotros tenemos un año más de vivencias, personas que van y personas que vienen, y unos ojos que deben conservar la inocencia y capacidad de poder sorprenderse, porque queda en nosotros la medida de lo extraordinario, el mundo cofrade a nivel general, lo está convirtiendo en ordinario.