Escapulario carmelita y perchelero

Los orígenes de la Antigua y Venerable Archicofradía de Nuestra Señora del Carmen Coronada se remontan al siglo XVI aunque no se establece como tal hasta el 14 de Agosto de 1863, fecha en la que se instauran las primeras reglas de la Archicofradía.

Es en el año 1583 cuando Fray Gabriel de la Concepción llegó al barrio del Perchel fundando un hospital para los enfermos de las epidemias que asolaban Málaga, posteriormente fundo un convento consagrándolo a San Andrés bajo la orden de las Carmelitas Descalzas. Lo que hoy conocemos como la actual parroquia de Nuestra Señora del Carmen.

A lo largo de los siglos, dicho convento de San Andrés fue albergando las diferentes tallas de la Virgen del Carmen, contándose un total de cinco entre las que destacaban; La primitiva imagen del Siglo XV, una imagen atribuida a Pedro de Mena que desapareció en los sucesos del 31, otra tallada posteriormente por el malagueño Francisco Palma Burgos y que también se destruyo en 1936. Pero no fue hasta el 7 de Julio de 1938 cuando fuera bendecida la actual imagen de la Virgen del Carmen por el entonces Obispo de la Diócesis de Málaga D. Balbino Santos Olivera.

Tallada por el imaginero malagueño José Navas-Parejo, inspirándose para su hechura en la primitiva imagen que poseía la Archicofradía. La talla nos muestra a la Virgen del Carmen de porte hierático y mirada al frente en actitud solemne y majestuosa que atrae a la devoción. El niño se nos presenta en cualidad de movimiento en antítesis a la posición de su madre, de tal forma que se encuentra por un lado agarrando con su mano derecha el pecherín de la Virgen como si pareciera mantener el equilibrio para no caerse y con la mano izquierda ostenta su cetro y el escapulario; atributo de la orden carmelita en actitud de ofrecérselos al devoto.

La vinculación en la historia de la Virgen del Carmen y su escapulario se remontan al monte Carmelo, una cordillera de forma triangular situada en Israel. El monte adquiere una importancia relevante en el antiguo testamento vinculado a la historia del profeta Elías.

El Monte Carmelo alcanzó gran trascendencia convirtiéndose en lugar de reunión de ermitaños que vivían en comunidades inspiradas por el profeta Elías, uno de estos grupos funda a mediados del siglo XII la orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (Carmelitas). Se construyo para ello un pequeño convento consagrado a la Virgen María (con la advocación de Nuestra Señora del Carmen).

Entre las filas de la Orden Carmelita contaban con Simón Stock el cual era el Superior General de la Orden al que se le apareció la Virgen en la mañana 16 de Julio de 1251 en Cambridge, Inglaterra.

La Virgen María se le apareció rodeada por una corte celestial en respuesta a sus suplicas por la subyugada y debilitada orden Carmelita, portando en la mano el hábito carmelita establecido en marrón y blanco. La Virgen le entrego a San Simón Stock el escapulario carmelita diciéndole: Toma, hijo querido, este escapulario; será como la divisa de mi confraternidad, y para ti y todos los carmelitas, un signo especial de gracia; quienquiera que muera portándolo, no sufrirá el fuego eterno. Es la muestra de la salvación, una salvaguardia en peligros, un compromiso de paz y de concordia”.

El Escapulario del Carmen se compone de dos piezas de lana, de color marrón, unidas entre sí por dos cordones.

La orden Carmelita y el escapulario fueron adquiriendo un enorme valor devocional. Unos sesenta años después la Virgen María se apareció al que sería el futuro Papa Juan XXIII que era Cardenal en Aviñón, Francia. La Virgen prometió que cuidaría de aquellas personas que usaran el escapulario Carmelita, aseverándole que los libraría del Purgatorio el primer sábado después de su muerte. Una vez que Juan XXIII llego a Papa promulgo esta promesa conociéndose como el “Privilegio Sabatino”.

“La devoción del Escapulario del Carmen ha hecho descender sobre el mundo una copiosa lluvia de gracias espirituales y temporales” (Pío XII, 6-VIII-1950).

A lo largo de los siglos se han documentado infinidad de milagros atribuidos al uso del escapulario Carmelita pero lo que está claro es que es y será una señal de alianza y salvación con Nuestra Señora del Carmen.

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